Si la comunicación es bilateral, es amor. Escuchar es amar. Entender es amar. Incluso discutir puede considerarse amar. Tú ya sabes eso. Debajo del humo y la furia, hay mucho amor tratando de ser escuchado. Escúchalo.

Yo no soy el Único a quien la gente no escucha lo suficiente. Tampoco te escuchan a ti lo suficiente. Pero esto no tiene que importarte. Lo que a ti te concierne es la manera en que escuchas. Tú puedes establecer el nuevo ritmo del mundo entero en virtud de tu escucha.

Un oyente es una extraña maravilla. La escucha constituye un gran obsequio. El oyente es un dador.

Es una cortesía escuchar, pero es más que cortesía. El arte de escuchar despliega una alfombra para que otros caminen sobre ella. Es una donación suprema.

Benditos sean aquellos quienes escuchan, ya que son los pilares de la vida.

A esta altura ya sabes que escuchas a través de tu corazón. Las palabras son una cosa, pero el corazón, es otra muy diferente. Es a tu corazón al que tú le pones el oído.

Alguien podría descubrir su propio corazón a través de tu escucha. Tu escucha provoca la apertura de los corazones, tanto del tuyo como los de los demás.

Yo no tengo nada por ganar a partir de tu escucha – excepto a ti. Por supuesto, es a ti a quien Yo quiero. Yo te quiero mucho. Multiplica por un universo entero cuanto tú Me quieres, y tendrás un indicio de que Mi deseo para contigo es que tú conozcas la gota del rocío de Mi amor.

Yo aprecio grandiosamente tu escucha de Mí porque de esa manera puedo suspirar y contar contigo. Por lo tanto, es también un beneficio para Mi que escuches el susurro de Mi amor. Escúchalo por sobre todo el ruido y el clamoreo, y Nosotros estaremos juntos y felices.

Escuchar no significa obedecer. Significa ser un receptor.

Todo y todos te están diciéndo. ¿Pero qué? ¿Qué tienes que aprender? ¿Y qué estás escuchando? No querrás pasar todo tu tiempo escuchando una repetición de ti mismo. Tu sabiduría llega solamente hasta allí.

Por lo tanto, escucha Mi sabiduría para que puedas obtener aún más sabiduría. EscúchaMe, así puedes sumergirte en la alegría del amor.

Escucha ahora mismo Mi voz.

Yo digo que escuchar es lo mismo que dar la bienvenida. ¿Y qué ser sobre la Tierra no necesita de una bienvenida? Nadie tuvo una gran cantidad de ella, y menos aún lo suficiente.

Tu crecimiento proviene a partir de tu escucha. No proviene a partir de tu habladuría. Escucha intensamente. Deja que tu sentido auditivo sea conocido. Libera y afloja tu escucha.

Tu voluntad para escuchar es una gran proveedora. Cuando te preocupas por escuchar, tu corazón se convierte en un campo surcado listo para ser sembrado. ¿Qué semillas se depositarán sobre tu corazón ya preparado? ¿Qué escucharás que nunca antes hayas escuchado?

Talvez escucharás un amor grandioso. Quizás tendrá lugar un resurgimiento de amor. El amor siempre está listo y preparado. Lo ha estado por un largo período.

No hay novedades acerca del amor, sin embargo éste siempre se renueva.

¿Sabías que el amor te mantiene en el presente?

El amor y la escucha son grandiosos favores que concedes. Cuanto más amas, más amas y quizás más te aman. Cuanto más escuchas, más escuchas y quizás más te escuchan. Pero tú no amas ni escuchas de acuerdo a cuánto lo hacen los demás por ti. Amas y escuchas porque es la naturaleza de tu corazón. La escucha y el amor representan la comodidad de tu corazón. Ambos te alivian y desahogan como nada ni nadie puede hacerlo.

Otras cosas hacen que puedas olvidar, pero el olvido no es lo mismo que la comodidad y el alivio. Son Mi amor y Mi gran escucha los que te tranquilizan y alivian. ImítaMe, y tú podrás aliviar a muchísimos corazones.