Todos merecen amor. Todos. Y tú estás para irradiar amor a todos. No hay nadie quien no esté mereciendo tu amor. Sin tener en cuenta lo que podrías pensar, sin importar lo que sientas, tú estás para no rechazar a nadie. No hay nadie a quien anteponerse o de quien separarse. ¿Realmente desdeñarías a un hijo Mío? ¿Cómo puede ser?

Este amor del que hablo no necesita ser adoración. No hay necesidad de adorar a todos. Sino dejar salir a tu amor para encender todos lados, esa es otra historia. Deja salir a tu amor 360 grados. Tu amor tiene la intención de ser inclusivo. Tú tienes muchas elecciones en la vida, pero donde tu amor aterriza no significa que sea una de ellas, ya que cuando tú regulas el flujo de amor desde tu corazón, tú lo comienzas y lo detienes. ¿Qué resentimiento hay para que valga la pena comenzar y detener tu corazón?

Como un rocío circular que riega todo el césped dentro de su circunferencia, el amor de tu corazón está para refrescar al universo. La circunferencia de tu amor se extiende más allá de las dimensiones. Tú simplemente no estás para restringir tu amor sin importar quien está alrededor y que han hecho o no hecho.

Amados míos, no lleven molestias dentro de su corazón. Molestarse pone veneno en tu corriente sanguínea y lo irradia. Piensa en la contaminación que los malos sentimientos engendran. Todas las aguas del mundo serán purificadas cuando los problemas de amor de los corazones de todos los amados corazones en el mundo. No hay un sólo problema en el mundo que no será resuelto cuando el amor sea liberado y no siga más como rehén.
¿Has pensado que tu amor está para ser redimido? ¿Has puesto un precio por tu corazón? Cuando lo hayas hecho, tú abordas una deuda contigo mismo. Seguramente tú pagas un precio en retener tu amor. Tú has secuestrado a tu propio corazón y lo has mantenido prisionero. Tú lo has amordazado y le has negado comida y bebida. Tú has puesto límites alrededor de tu corazón. Tu lo has estrangulado. Todo por una tonta idea u otra que decidió que los otros no merezcan tu amor. Y por lo tanto tú has castigado a tu propio corazón. Tú has maltratado a tu propio corazón. Tú lo has relegado a un rincón porque tú decidiste que tu corazón era demasiado bueno para amar a éste o aquel. Tú pusiste murallas alrededor de tu corazón. Tú lo pusiste en cuarentena. Tú no lo dejarías salir y jugar con todos los otros corazones en el mundo.

Si tú pones tu corazón demasiado alto en un estante, se caerá.

Otros corazones no están supuestos a estar a tu merced, ni tu corazón estar a merced de otros.

Imagínate a todos aquellos quienes te han conciente o inconcientemente ofendido y que tú has escupido de tu corazón. Déjalos estar en la presencia de tu corazón, porque tu corazón puede curar todas las enfermedades. Deja a tu corazón curar la acidez de tus pensamientos. Borra la cara que le has puesto a aquellos que te ofendieron. Olvida sus caras. Tan sólo velos como a un corazón situándose allí, esperando, tan sólo como el tuyo, para ser despertado. Asborbe sus corazones en el tuyo. Esto no te dañará. Esto aliviará a tu corazón. Hará a tu corazón sentirse mejor. Tu corazón no querrá más ser un destructor. Tu corazón se elevará para amar y te llevará con él.

Deja a tu corazón ser el pulso abrazador que es. Tu corazón no está para que concuerde con tu visión, o, si lo está, entonces deja a tus ojos ver con amor para que todos los corazones sean liberados.