Cuando ustedes vean que realmente me encuentro dentro suyo de cada uno de ustedes, ¿qué pasa entonces? ¿No habrá un brinco en su paso? Piénsenlo. Si caminan por una calle concurrida de Nueva York, ustedes sabrán desde las puntas de los dedos de sus pies hasta la corona de su cabeza, que Dios está solamente dentro y fuera suyo. Y si caminan por un silencioso prado en la campiña con nadie alrededor suyo, sin embargo aún están rodeados y llenos de Dios. Un día ustedes lo notarán. Será sin esfuerzo. Ustedes reconocerán: “Sí, es así como es”. Y sin embargo su experiencia estará más allá de las palabras.

No hay palabras para expresar lo ilimitado. No importa cuánto traten, las palabras no pueden conjurar la experiencia ni le harán justicia. Cuando ustedes se acercan a la Unidad Conmigo y con cada una y con cada cosa de la creación, ¿qué es lo que tienen que ver las palabras y definiciones y explicaciones con ello? Las palabras son solamente el sabor que queda de algo tan delicioso, que desafía a las palabras. Imaginen la bienvenida que sentirán cuando comiencen a ver en dónde siempre han sido bienvenidos. Nada ha cambiado! Solamente su percepción propia se ha abierto. Su corazón es una hermosa flor floreciente. La flor de si mismos se abre y se llena en todos los rincones de su corazón y fluye dentro de su corriente sanguínea, rebalsa en cualquier parte, alcanzando cualquier lado, menguando en ninguna parte.

El mundo está lleno con la luminiscencia de su corazón. Su corazón es como la historia de la masa de levadura que llenó el bols, la casa, la ciudad. Solamente que su corazón es más sutil. Ustedes no ven limitación en parte alguna. Lo mejor que pueden saber es que el corazón está lleno, lleno de reconocimiento esa flor de su corazón que se está expandiendo. Yo preveo que su corazón se hará cargo de todo el mundo en un instante. Su corazón está creciendo rápidamente. Su corazón es la gran escoba que barrerá toda la basura.

Su corazón es el as de corazones. Su corazón se rinde frente al mundo. “Aquí, tómenme”, proclama su corazón. Su corazón dice: “Yo me televiso al mundo. Voy a endulzar al mundo. Yo voy a superar a sus bancos. Yo voy a irrumpir de cada montaña. Yo voy a ondular el pasto en cada prado. En mi rendición al mundo, yo me hago cargo. Yo lo remodelo. Yo no lo destruyo, y sin embargo lo reconstruyo. Yo lo transformo. Yo limpio todas las ventanas. Yo las haré brillar. Yo lustro la plata”. Yo dirijo al tráfico, me encuentro en todos los cruces escolares.

“Yo, un hermoso corazón, les hago saber que tengo una relación muy íntima con Dios. Les hago saber que realmente Dios y yo existimos. Nos conocen como el amor. En este corazón Dios y el amor son intercambiables. Y Dios es el solo contento de un corazón muy lleno que habla ahora desde su corazón.” Yo te pido ahora, a vos que eres mi supuesto dueño, este corazón que late en tu interior, que me liberes de las ataduras de tus pensamientos. Le pido, al supuesto dueño mío, que me des la libertad total sin siquiera restricción alguna de tu parte. “Si estoy cansado, estoy cansado de tus restricciones. Los latidos del corazón son fáciles. Lo que es duro es como tu me sujetas. Libérame, y fíjate en como lato. Verás hasta donde te puedo hacer saltar. Fíjate hasta que altura te puedes remontar sin bajar vez alguna. Fíjate cómo es que me dejes a mi, tu corazón latiente, guiarte. Fíjate a dónde te llevo. Fíjate a donde la Unidad de Dios y la mía te llevan. Te vamos a mostrar vistas más grandes de lo que consideres posible.

Cuando nosotros tres, Dios, corazón y mente nos largamos juntos, te hallarás en una travesía. Prepárate, listo, vamos”.