Amados, aquello que ustedes buscan es lo que ustedes son, búsquenme entonces; me busquen o no, ustedes son lo que Yo soy. Sin embargo, busquen, y encontrarán. Sean la bondad y la misericordia que soy Yo todos los días de sus vidas; den aquello que ustedes buscan, ya que esa es Su verdad.

Sean la visión que ustedes representan.

Sean el obsequiador que ustedes son.

Sean el repartidor que ustedes son. Repartan Mis mensajes, no porque sean Míos, sino porque son los suyos.

Ustedes son las luces de mi corazón; y de paso, ¿Porqué no ser también él? Sean una luz en el corazón que me baliza al mundo; inflámense. Como quiera que me nombren, sean las luces que den a conocer a cada Ser sobre la Tierra que la costa esta cerca. La costa del Cielo está al alcance de la mano; la costa del Cielo es el paraguas que ustedes portan consigo, ya esté lloviendo, o brille el sol. Proyecten Mi luz, amados; nunca se atenúa excepto en sus conciencias. Estén conscientes o no, permitan que Mi luz brille desde sus ojos; dejen que la luz de sus ojos salga brillando como el sol. La luz dirá: “Recuerden a Dios Cuya Luz son ustedes”.

Este es su mensaje al mundo. Recuerden que hay un Dios Que les ama con todas Sus fuerzas, acuérdense de Dios; no olviden que ustedes son su imagen proyectada en el mundo. Ustedes no son Su sombra; sino Su luz. Ustedes son la Luz del Mundo de la que han oído hablar; la luz se recrea en ustedes.

Ustedes son la canción que Yo canto; y Yo canto continuamente. Ustedes son la Luz de Dios y también son la Voz de Dios; recuérdenlo la próxima vez que hablen. Podrían haber pensado que ustedes son algún mortal rechazado, desechado en una isla llamada Tierra, y en este momento, Yo les recuerdo que ustedes son los rayos luminosos de Dios, y todo lo que tienen que hacer, es brillar. No se abandonen a si mismos, no dejen a un lado su derecho y su poder; no abandonen la suma total de ustedes mismos. Ustedes son la cosecha que Dios ha plantado, y son también el cosechador del amor ahí plantado.

Ustedes son los proveedores del universo. Ustedes son los que llenan sus estantes.

Ustedes son un reportero, sean reporteros de buenas nuevas. Cualquier cosa que no sea la Verdad, es un rumor. Todas las vicisitudes percibidas en la Tierra publican un titular en un periódico sensacionalista, nada más. Lean entre líneas; sin embargo, encontrarán a algún otro tamborilero tocando una alegre melodía; los acordes de la Verdad repican sonoramente. Escuchen las campanas que ustedes hacen sonar ahora, ustedes son los campaneros de la Verdad; son los que llaman a cada puerta: “Es hora de Amar”, proclaman ustedes en Mi Voz: “Levántense; la alborada del amor ha llegado; está frente a ustedes ahora. No importa lo que escucharon o pensaron antes; la red ha sido lanzada. Todo el amor en el Cielo y en la Tierra ha llegado a sus moradas, abran sus corazones para él ahora; y después, llévenselo con ustedes. No es posible tener carencia de el. Así pues, vayan pelando el amor que ustedes son, para que todos puedan saber que son el mismo amor y que provienen de la misma Fuente. Ustedes son la fruta de la vid que Dios ha plantado; él les ha plantado a ustedes en Su corazón. Su corazón es Divino, y ustedes son un retazo de él; ustedes son su corazón tratando de encontrarse a si mismo en el mundo. El mundo trataría de esconderles de ustedes mismos y proclamar un destino diferente para ustedes; pero eso es tan solo insensatez, y ustedes son Verdad. Tomen conciencia de esto ahora”.

Y ahora resulta que ustedes descubren que no van dando tumbos, sino que son unos mensajeros del Dios Uno que les envió aquí para escuchar su llamado, y para repetirlo suavemente, de manera que todos pudieran escucharlo: “El Amor está aquí ahora”. Aprovéchense del amor, pásenlo de unos a otros como un aperitivo, sírvanse, y denlo a probar ya que cada uno de ustedes es un sirviente soberano de Dios, y ustedes actualmente proporcionan un servicio.