Dios dijo:

Todo cambia y, sin embargo, nada cambia. Oh, sí, momentáneamente, en cada momento la Vida y el cambio continúan. Hay un cambio constante que no cambia nada. Están las estaciones. Las estaciones hacen lo suyo, sin embargo, inevitablemente, aparece otra temporada, y aquí estás otra vez.

Las hojas en los árboles cambian por todos lados. Una hoja brota y crece verde. Una flor florece. Las hojas cambian de color. Las hojas son cubiertas de nieve. Las hojas están latentes. Las hojas comienzan de nuevo. Estas no son sorpresas y, sin embargo, hay expectativas.

Los colores cambiantes y el florecimiento de las flores te deslumbran. Tienes una idea del milagro que estás presenciando. Ha sucedido mil veces, y ocurrirá mil veces y más. La Naturaleza es aplacada y la Naturaleza es liberada. Sólo puedes mirar con asombro ante una ojeada de Infinito en tu observación y en tu Corazón, tu Corazón Infinito lanzado al mundo como sea posible.

El cambio -- esta aquí hoy, y el cambio -- se va mañana. El cambio parece ser invariable. Lo que es nuevo bajo el Sol es un cambio inmutable que no aparece en absoluto como un cambio, y que sucede una y otra vez.

Si bien la Naturaleza es repetitiva, la Naturaleza es siempre nueva. La Vida no será desdeñada. Aquí hay algo bueno incluso cuando la Vida en la Tierra es la misma una y otra vez y, sin embargo siempre es nueva a medida que florece y cuando la Vida levanta su equipaje o se convierte en belleza.

El mundo te hace jadear de Alegría. Es perfecto. Tu corazón explota, y cada momento penetra en tu corazón con encanto y cierta confusión.

La Vida a veces parece ser como la camisa de un hombre doblada eléctricamente y desplegada una y otra vez en virtud de un artilugio rápido. La camisa de la Vida se anima mientras se extiende ante tus propios ojos, se da palmaditas prolijamente, y luego se hace y se deshace una y otra vez, como si no hubiera nada más importante que doblar y desplegar, hacer y deshacer pliegues espontáneos en esta camisa de hombre simple, hecha y deshecha al Ritmo de Tu Corazón. Podrías llamar a esta ceremonia una Rapsodia o dependiendo, un canto fúnebre.

¿Qué es esta Vida de todos modos que se ajusta al contenido de tu Corazón o a la consternación de tu Corazón?

¿Cómo aparecieron tú y la Vida aquí, y por todos los Cielos qué haces con la Vida en la Tierra cuando puedes apremiarla o ella te puede apremiar? ¿Qué es esta aparente agencia de impuestos, este vengador que te persigue día tras día, haciendo que corras aterrorizado, por lo que parece, o quizás dejándote solo de vez en cuando sólo para abalanzarse más tarde cuando puedes haber pensado que te habías librado de ella? ¿De qué eres sospechoso cuando no tienes idea de quién y qué eres mientras corres sobre la Tierra sin tener idea de lo que realmente está pasando?

Soñabas de otra manera. Has soñado sueños. A veces tus sueños se hicieron realidad y, a veces, te los han arrebatado poco a poco.

A través de toda tu Vida, a través de todos los estragos de la Vida y sus sorpresas, podemos decir que te has salido con la tuya con la Vida. No sólo eso, no te habrías perdido la Historia de Tu Vida por nada, ni en un millón de años. No en un millón de años habrías deshecho el hechizo lanzado sobre ti. Volverías a tomar a la Vida de la mano y gritarías con tu voz más alta:

"Vida, ven a buscarme nuevamente. Navegaremos por Encima de la Generosidad. Pronto seremos amigos, y encontraremos todos los tesoros y el Significado de la Vida y sabremos que la Vida es como el mundo que Tú hiciste, Dios! Miraremos la Vida y diremos con una ronda de aplausos: "Es buena. ¡Está llena de Alegría Desbordante! Gracias, Dios.'"

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