Un gran servicio que ustedes pueden dar es no tomar los cambios de humor o estados de ánimo tan seriamente, ni los suyos ni los de otros. Su vida no se levanta y cae de acuerdo al humor. Los humores son cosas cambiantes. Los estados de ánimo son tonalidades de color que vienen y van. Cuando un estado de humor incómodo aparentemente desciende en ustedes, esta es una señal de que también se irá. Pero ustedes no son un camaleón donde el cambio de color les sirve. Esto se siente para ustedes como si tuvieran poca o ninguna opción en cuanto al estado de ánimo en el que se encuentran, pero los mismos vienen de sus pensamientos.

Ustedes pueden pensar que el humor tiene que ver con lo que ocurre fuera de ustedes, pero son sus pensamientos sobre lo que ocurre lo que hace surgir el estado de ánimo. Ya sea si su humor es eufórico o es oscuro, sus pensamientos deciden cuál será. Su humor puede cambiar en un minuto. Y ustedes han pensado que son víctimas de sus cambios de humor. Sepan que ustedes son los perpetradores de sus cambios de humor.

Ustedes son los que deciden. Sepan que los estados de ánimo son maleables, y ustedes son los que los dominan. Todo lo que tienen que hacer es cambiar sus pensamientos y no tomar un humor ocasional aquí o allá tan seriamente. Si no les gusta el estado de ánimo en el que están, cambien lo que están pensando. Cualquier catástrofe que haya ocurrido a cualquier grado que ustedes se sientan castigados, sépanlo y avancen. Los estados de ánimo no son alquitrán en el cual se quedan estancados, pueden ser como abejas o mariposas. Pueden enfocarse en ellos solamente un cierto tiempo. Las abejas y mariposas están en vuelo, y ustedes tienen sus cambios de humor. Salgan de debajo de ellos, amados, no están encadenados a ellos , aunque así es como a veces ustedes se sienten. Los estados de ánimo están enamorados de si mismos y les gusta hacerles sentir que ellos están rodeándoles y que esto durará para siempre. Los estados de ánimo de felicidad son los que deben desear mantener.

Hay otros estados de ánimo que ustedes nunca desean ver. Acepten, amados, que el tráfico fuera de ustedes no tiene que dirigir su humor. Ustedes piensan que algo está en juego o ustedes no serían susceptibles a sus cambios de ánimo. El humor es como su temperatura va hacia arriba y hacia abajo. El termómetro de su mente les dice cuál es su temperatura. Su mente irradia la sombra que ustedes llaman humor. Sus pensamientos influencian su estado de ánimo. Ya sea que ustedes se sienten decaídos o eufóricos, ustedes están fijando causa y efecto. Su mente está trabajando haciendo conexiones. Más adelante, su mente les previene. Si ustedes se sienten alegres, su mente les dice que esto no durará. Si se sienten heridos, su mente les dice que no lo merecen y entonces hay alguien o algo que tiene la culpa. Y entonces hacen un dique de contención alrededor de su corazón y han hecho de una infelicidad momentánea un largo y perdurable estado de ánimo. Un día se visten de plata y oro, otro día ustedes cambian a negro. Así como con la ropa, pueden cambiar su estado de ánimo.

Acepten amados, que los estados de ánimo son algo que ustedes adoptan. Cuando reconozcan que los adoptan, están en una mejor posición de quitárselos. Mientras tanto, tratan de entender cuánto confrontan a la gente que consideran responsable por sus estados de ánimo o cuánto de esto lo dejan pasar. Les estoy diciendo que son responsables por su estado de ánimo independientemente del evento que se precipite. No sostengan el evento en ustedes. Tratar de ver qué se hace con el evento es una cosa. Su humor es otra. No pueden barrer todo debajo de la alfombra, y no pueden discutir cada pequeña cosa tampoco. En cualquier caso, no pueden pasar su vida en base a lo que ocurre, o la vida les pasará por un lado.