El día es suficiente para ustedes, y ustedes le bastan al día. Ustedes y sus días están perfectamente entrelazados. Ya sea para extasiarles, o lleno de tribulaciones, el día de hoy, les pertenece a ustedes. A pesar de todo, cada día que pasa es un capricho pasajero, amados. Ningún día dura; todos son revocables y quedan abolidos en cuanto llega un nuevo día.

No acumulen las experiencias de un día y las aplacen hasta el día siguiente, el año siguiente, o los próximos veinte. Dejen que pasen sus días; son páginas en un libro. Ustedes ya las han leído. Ahora, vayan a una nueva página. Dejen a los demás días irse revoloteando. Ya no están ahí; solo ocurrió que causaron una impresión sobre ustedes. No los guarden para mantenerlos bajo custodia. No los conserven en absoluto; son confeti.

Ustedes comentan sobre días buenos y días malos. Son todos lo mismo, porque su día ya ocurrió. Ahora ya pasaron; pueden comenzar de nuevo, amados. Deben empezar otra vez. El pasado les ha traído a donde ustedes se encuentran; y donde están, es en donde van a comenzar. Hoy es su lugar de partida. Hoy es un día nuevo. Sean una tabula rasa, al igual que lo es el día. Lo que pasó, pasó; no tiene porqué ocurrir ahora. Ustedes pueden dejar que se aleje. Pueden despedirse de él; es fácil. Simplemente, digan, “Adiós, mi vida pasada. Adiós, incluso mi vida pasada de ayer. Ayer ha sido hecho desvanecer. Ya no reuniré los pedazos para mí. Voy a ver si aminoro mi memoria; me vendrá muy bien”.

Muéstrense ante el día, tan inocentemente como el día lo hace ante ustedes; está aquí para cumplir su mandato. Si “hoy” les malinterpreta, y se queda corto, entonces, ustedes simplemente han de crecerse a la altura de las circunstancias. Cubran por su día como lo harían con un compañero que erré. Denle la bienvenida al día de todas maneras, porque está aquí para acompañarles en su trayecto. Denle un respiro al día; no le acusen ni recriminen nada. Es solo un inocente día.

Por supuesto, entiendan que ustedes marchan al compás, ya que el resonar de los días es solo un eco escuchado por sus mentes. Ustedes se proveen de calendarios para señalar bien los días; arranquen las páginas, amados. No añadan un significado a lo marcado en un calendario… Arránquenlas; desásganse de ellas. Eso no es señal de falta de respeto, es lo que hay que hacer con los días.

El sol brilla constantemente en un lugar. A ustedes les parece que lo hace de maneras diferentes, y en distintos momentos; ese es el encanto del sol. Pero el sol conoce su secreto, que él nunca se desplaza. Que él se pone y que se oculta, y hace que los días parezcan como una ilusión, aunque sea bella. Disfruten de ello, pero no señalen su vida en días. Señálenla en amor; ni siquiera lo hagan en amor. Simplemente, dejen que sean amor y no la señalen para nada. Desembolsen amor hoy.

¿Cómo estarán ustedes de amables y cariñosos ante la ocasión de la ilusión que se les representa hoy? Ustedes pueden aprovechar al máximo este día arbitrario, y sacarán lo mejor de él con amor. El amor es la moneda para usar este día; ustedes han de gastarla espléndidamente. Amor desembolsado como si tuviesen que gastárselo entero hoy. Y esa es la verdad, amados. Todo el amor en sus corazones ha de ser desembolsado en este lapso de vida llamado hoy. Sus corazones se desbordarán aún con más amor en el lapso denominado mañana, pero son todos iguales amados. Todos los días son un continuo de sus vidas. Llenen el mundo hoy, con todo el amor del Cielo.