Ustedes son cómplices de sus egos o de Mí. En algún momento de sus vidas existe una elección que ustedes tienen que hacer. Ustedes se alinean. Así lo han elegido. Nunca vuelvan a pensar que a ustedes se les endorsan forzosamente las elecciones que ustedes hacen. Ustedes son los que eligen que línea quieren seguir. Cual-quiera que esta sea, pueden abandonarla y pasarse a otra. No existe pérdida. Solo porque ustedes han seguido tomado una vía, no significa que no puedan tomar otra. Ustedes pueden dejar a un lado la vía que han estado tomando, una senda por la que han estado caminando. Ya no les hace falta continuar por ella.

Ustedes solo están comprometidos con el amor. No hay nada que tenga que cruzarse necesariamente en su camino si es que hay algo que ha estado siempre bloqueándoles el camino. Eso no significa que deban persistir. Simplemente, déjenlo donde se encuentra. Permanezcan donde ustedes realmente se hallan; y esto es, en Mi corazón. No rechacen al amor. Vallan corriendo hacia él y abrácenlo.

Yo no le expulsé del Jardín del Edén. Usted se expulsó a si mismo. El ego se apoderó de tal manera de usted, que usted se sentía avergonzado. Toda vergüenza es ego, queridos. El ego le envuelve en apariencias; él mismo suple al amor y le desengañaría del amor; como si el amor, y no el ego, fuese una pérdida de tiempo.

El ego se representará a sí mismo a manera de que se sientan importantes; pero el ego es el amo del engaño. El ego les hace poco importantes, hace que desaparezca su identidad, y les convierte en un tomate rojo, regordete, y blando; rompiéndose su piel porque no caben ya en ella. La vida revienta las burbujas del ego. El ego les hin-cha para acabar rompiendo sus promesas. El ego les decepcionará siempre. No se dejen llevar por el ego. Déjense llevar por el amor. Estén ansiosos de promulgar el amor. Olvídense del ego. Perpetúen el amor. Olvídense de todo lo demás, pero recuerden al amor.

Entreguen amor con la misma facilidad con la que la lluvia cae del cielo. Den amor con la misma facilidad con la que brilla el sol. Entreguen amor sin importar porqué. Eso es todo lo que ustedes tienen que dar queridos, y ello es el todo. Amor cedido es amor recibido. Apaguen el fuego del ego con amor. No le den al ego la hora del día. Es fácil reducir el ego en cenizas, ya que el ego carece de fundamento. Eso es lo más importante. Dejen que se vaya por ahí. Déjenle que vuelva desde donde vino. Vino de una competición que su mente fabricó. No hay ninguna competición, queridos. No hay nada contra lo que el ego tenga que ganar. Ni siquiera están en la misma clase.