Abriéndote Paso en la Nieve

God said:

Hay un dicho que dice “Cosecharás tu siembra”. El hecho es que a veces lo haces y a veces no. Es más verídico decir “Consigues lo que consigues”. ¿Qué tiene que ver el merecer con esto?

Por supuesto, a veces te lo buscas. Estabas manejando tu auto, y miraste a las vacas que estaban al costado de la ruta, y lo próximo que supiste fue que habías tenido un accidente. Te distrajiste y, por lo tanto, podrías ser, sin dudas, el responsable por el accidente. Pero no aceptaré esa opinión de “Te lo merecías”.

Si eres un estudiante y no estudias para una evaluación y no apruebas, el mundo puede decir que te lo mereces. ¿Qué sabe el mundo? Otro no estudia para la evaluación y se saca un 10. ¿Quién puede decir quién merece qué?

Nadie se merece el sufrimiento, amado. Nadie. Todos merecen todas las bendiciones del Universo, incluso aquellos que tú dirías que no se merecen en absoluto todas las bendiciones del Universo. No quiero poner excusas amado, pero si la gente que tú crees que no merecen las bendiciones fueron bendecidos con más bendiciones, es posible que no hayan cometido nada de eso que tú les recriminas. Incluso si han cometido crímenes atroces, ¿cómo sabes que merecen que les sucedan cosas terribles?

Y están aquellos que tuvieron menos bendiciones, y se vuelven ángeles en la Tierra. Y, por supuesto, a la vez, hay personas que consecuentemente merecen bendiciones superiores y no las reciben.

Aparentemente, nadie en la Tierra recibe todas las bendiciones que merece, que Yo digo que merece.

Todos tiene eso que se llama buena suerte, y todos tienen eso que se llama mala suerte. Todos tienen bendiciones y desilusiones. Todos hacen hazañas en un momento u otro, y todos dejan pasar y pierden oportunidades para hacer el bien, o dejan dolor en sus estelas.

Entonces, empecemos por la premisa de que todos en la Tierra merecen y necesitan más bendiciones.

Quizás te dices entre dientes “Bueno Dios, ¿por qué no se las das? ¿Por qué no los provees de más bendiciones y retienes las desilusiones?”

Tienes el libre albedrío, y Yo te dejo libre. Si te doy el libre albedrío, te doy libre albedrío. No te doy un libre albedrío parcial. Tienes toda la libertad del mundo. Seré tu asesor, aunque el próximo paso depende de ti.

Te diré algo más. Todos en la Tierra tienen más bendiciones que las que ellos hayan calculado. ¡Si todos Mis hijos supieran que todas las bendiciones son de ellos!

No es cuestión de merecer o no merecer. La pregunta es: ¿Qué haces ahora? En todas las situaciones, ¿qué es lo más generoso que puedas hacer? No importa cuán injustificada sea una situación, no importa cuán injusta, la pregunta que te debes hacer es “¿qué bien puedo hacer a partir de esto? ¿Qué bien puede salir de aquí?

Es obvio que tú no te vengas por una injusticia, porque así tendrías menos energía. Estamos hablando de energía, amado. Estamos hablando de una onda de energía. Vengarse o probar que alguien está equivocado, o poner excusas por ti o por otro, no es lo tuyo. ¿Qué digo? Digo que des un paso más. Digo que subas más alto. No importa cuán acertado estés, no importa cuán equivocado parezca estar el otro, tus instrucciones son las mismas. Sube más. Sube desde otro ángulo. Sal de la ciénaga.

Puede que no esté bien que haya nevado. No se suponía que sucediera. No debió ocurrir, pero lo hizo. Y ahora tú debes espalar la nieve o quitarla. De alguna manera te abres paso en la nieve.

Translated by: Cecilia R

 

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