Camina Como un Ángel
Heavenletter #6231 Publicada el: 16 de Diciembre de 2017

Dios dijo:
¿ Y si Yo te dijera que, en Mi Nombre, puedes dejar de aferrarte y comenzar a permitirte ser similar a un ángel? Ya No debes regocijarte en desarmonía. Ya no debes de sentirte asediado y encontrar conflictos para que se desarrollen incluso internamente contigo mismo con gran detalle. ¿Has pensado que discutir y encontrar fallas mejora el mundo y la Palabra de Dios?

Tienes los medios para agradar y estar contento en lugar disgustarte.

Otorga armonía. La Armonía es una bendición. ¿Qué es todo este alboroto que has hecho sobre cómo te tratan los así llamados otros del mundo? ¿Debes seguir sintiéndote mal utilizado ¿Qué pasaría si dieras una mayor Buena Voluntad (e hicieras que la Buena Voluntad brillara en la Tierra?

¿Cuál de Mis Hijos no ha deseado que la Tierra sea más acogedora y menos desalentadora de lo que parece? ¿Es posible que comiences la tendencia?

¿Qué haría falta? Tomaría un poco de soltar tus resentimientos. Es posible que aún no puedas admitir la verdad de que: Has sido más propenso a aferrarte al descontento en lugar de al contento.

Parece ser más fácil para ti sentirte agraviado que sentirte satisfecho. Incluso puede ser que puedas provocar una discusión más de lo que eres simpático y que propenso a sofocar los conflictos. Tu postura en la Vida puede haber sido buscar una pelea.

Puedes tender a sentir que se te debe más honor. Sin dudas tienes razón. Nunca te viste a ti mismo como un fanfarrón, pero ahora te estás preguntando si no arreglas tu Vida de tal manera que puedas provocar disturbios en el mundo.

Pensabas que eras el chico bueno, y ahora te lo preguntas. Has pensado que fuiste pisoteado. Es posible que hayas sido un vago en el mundo, maltratado, abusado y, ahora, no te gusta verlo o decirlo, sin embargo, comienzas a ver que podrías haber sido el que ha estado buscando un alboroto todo el tiempo . Ves la posibilidad de que eres el disruptor, el argumentador, el que no aprecia a los demás y que siempre pensaba que los demás te faltaban.

Tal vez has sido el culpable todo el tiempo, tú, el chico bueno sobre el que ahora te preguntas. Parece que eres rápido para condenar a otros de lo que no eras consciente de ti. Tú habitaste moraste en un Yo y en un tú, un tú y un yo. Por desgracia, eres de poca Fe.

Te habías visto con los ojos abiertos e inocente. Si alguien hubiera sido atacado, ¿podrías haber sido el alborotador, no al revés?

¿Pero con quién te disculpas? Podría haber una larga fila. Este y aquel no te hicieron un bien. Estabas seguro de que a esta y a aquella no les importaba lo suficiente. Todos estos años, podrías haber tenido el zapato en el otro pie. Creías sinceramente que te debían disculpas. Habías creído sinceramente que habías sido ofendido.

Es mucho para ti tragar que hayas sido cruel, irreflexivo y sin amor, buscando fallas. Tú eras el disgustado. Tú Habías sido el acusador. Quizás realmente no fuiste eras tan misericordioso como creías que eras.

¿Dónde comienzas ahora? Te ves a ti mismo en una nueva luz, y no en una Luz más brillante. Ahora te encuentras mirándote directamente a los ojos. ¿Cómo cambias el mundo cuando eres tú mismo el que debe cambiar y crecer? Ahora te has confrontado a ti mismo.

Amados, ¿a dónde vamos desde aquí?

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