Dios dijo:

En la Vida, hay momentos en los que debes mantenerte en segundo plano, cuando no tienes que ser la Estrella del Show, la Sensación del Espectáculo, quien Acapara Toda la Atención.

A veces, permanece en segundo plano. A veces, quédate en silencio. No tienes que tener el protagonismo.

A veces, no tienes que ser el primero en levantar la mano. No tienes que saber las respuestas. No tienes que contar toda la historia.

A veces, sé como el crepúsculo, un momento tranquilo del día entre el atardecer y el anochecer. Es el silencio de un momento. No tienes que ser el increíble naranja brillante o púrpura o rosa del sol poniente. Puedes ser un momento tranquilo, sin querer despertar al mundo con tu brillantez. Esta no ha de ser una escena desenfrenada de aclamación. Es un momento en el que el crepúsculo se convierte en atardecer.

O bien, es el momento en que la noche retrocede y anuncia el amanecer. No es Medio Día.

No tienes que ir a cien millas por hora.

No existe ninguna carrera que tengas que ganar.

Deja que este sea un momento tranquilo cuando permanezcas en segundo plano. Le das a otros la oportunidad de superarse a sí mismos.

No tienes que superarte a ti mismo.

No tienes que brillar

No tienes que ser el más ruidoso. No tienes que ser el más justo de todos. Todos los ojos no tienen que estar sobre ti.

Puedes ser como la costurera detrás de escena que cose el vestido. Ella no tiene que lucirse mostrando el vestido en la pista.

En una obra teatral, puedes ser la voz tranquila que susurra una indicación a la estrella cuando ha olvidado su línea.

Puedes ser como la persona que asiente con aprobación. Sin saltar arriba y abajo. Sin aplausos frenéticos. Un asentimiento silencioso.

En un hermoso cielo nocturno, puedes ser el sólido fondo que permite que las estrellas brillantes se destaquen.

Si eres un automóvil, no eres llamativo. Eres un automóvil que no tiene que llamar la atención. Vas despacio.

No eres una comida gourmet. Puedes ser una simple sopa, nada elaborado.

Cuando una estrella sube al escenario, es suficiente ser la persona que lleva a la estrella al escenario y quien se va sin ser vista.

Si eres un árbol de Navidad, no tienes que ponerte todas las guirnaldas. Si eres un bailarín, no tienes que lucir todas las lentejuelas. Si eres un océano, no tienes que estar siempre en la Marea Alta.

Si eres una estatua, eres como la Estatua de la Libertad. Simplemente estás allí tal como eres, sin llamar la atención.

Si eres música, no eres una obertura.

Si estás maquillado, no exageras.

If you are a chair, you are a simple chair. No one has to ooh and ah over you. You simply do your job without aplomb.

Si eres una silla, eres una silla simple. Nadie tiene que exclamar ooh y ah acerca de ti. Simplemente haces tu trabajo con confianza.

Eres el tipo de persona fuerte y tranquila.

No tienes que impresionar a nadie, especialmente a ti mismo.

No tienes que deslumbrar a tu círculo de amistades. No tiene que sobresalir. No tienes que deslumbrar a nadie, y menos a ti mismo.

No tienes que ser admirado. No tienes que cosechar toda la atención. No tienes que estar en el centro del escenario delantero.

Lo que puedes hacer es salir silenciosamente del escenario y dejar el centro de atención a los demás. Haz espacio para otros. Lleva a otros a un asiento delantero. ¡Piensa! ¡Sirve! Dale a otros espacio para brillar. Permite que otros sean premiados.

¡Piensa! No estás aquí para pavonearte. No tienes que declararte un destacado. Deja espacio en la parte superior para que otros puedan asombrar al mundo. No pretendas ser menos de lo que eres. Tampoco robes el escenario, incluso el escenario del pequeño mundo de tu ser individual que es ilusión. Vanidad, dice el Predicador.

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