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Heavenletter #5164 Un Día Extraordinario

Dios dijo:

Sólo hay un día como hoy. Puede haber días infinitos como se ve en el tiempo del mundo, y, aun así, nunca habrá otro día como el de hoy. No el día mismo ni tu día a día. No hay una sola persona, ni siquiera un gemelo, idéntica a otra. Por otro lado, en cada persona hay cambios, lo veas o no. El cambio es constante en el mundo. El cambio es inevitable. No hay dos días iguales, no hay dos personas iguales, y no hay dos días o dos personas que permanezcan exactamente igual. De todos modos, no hay un propósito real en dar seguimiento a la manera en que los días y las personas se quedan igual, ni tampoco hay valor en dar seguimiento a la manera en que los días y las personas son diferentes.

Hay infinidad de expresiones de cómo es un día determinado en el tiempo y el espacio. Para una persona, es el día más feliz de su vida. Para otra, es el peor día. Para alguien más, estaba bien. El mismo día, alguien conoció a su amor verdadero, y otra persona perdió su amor verdadero, y sin embargo el día sólo está haciendo lo suyo, justo allí al fondo, al parecer un obstáculo para uno y para otro, un benefactor. Los días son inocentes, queridos. Y cuando llegas a esto, tú también eres inocente, el aparentemente inocente espectador que disfruta del día o lo lamenta y lo encuentra lo que lo encuentra.

Está tu percepción de que eres cautivo de la vida, y sin embargo tienes todo que ver con tu vida. ¿Es la vida que experimentas simplemente una opinión que tienes a lo largo del camino mientras caminas de un día hacia otro? Esta idea de que tu vida es tu opinión vale la pena sopesarla. Ya sabemos cómo pueden cambiar tus opiniones justo delante de tus ojos.

Nadie lo sabe, y nadie puede hablar por tu vida hoy ni debatirla. Tú eres el único que tiene el derecho de declarar tu día. Califícalo bien.

No importa cuál sea el nivel de vida que vives, tienes tu cuota completa de felicidad y tu cuota plena de lo que se llama la infelicidad. La infelicidad podría ser denominada como el desconocimiento de la felicidad. Tu verdadero estado de ecuanimidad es tu derecho de nacimiento. No eres una pelota de béisbol para ser bateada. Ten una mayor conciencia de la felicidad. La felicidad está disponible para todos. Mucho tiene que ver con cómo se mire a la felicidad. Cómo percibes juega un gran papel en el tipo de día que supones que has tenido.

Incluso en lo que llamas un mal día, no podrías ser feliz? ¿No podrías saborear el día? Incluso en un mal día, no podrías saborear el aroma del café? ¿Hay alguna duda de que alguien podría estar encantado de tener el día del que tú te has quejado? Y pudiera ser que tú, dado lo que llamas un mal día hoy, ¿podrías también no ser feliz en ese mismo día? ¿Existe realmente un día para descartar?
Cuando miras hacia atrás a los días pasados, quizás gastado de una manera ordinaria con un amigo, no un día especial en lo absoluto, pero si hoy pudieras pasar incluso un día no especial con tu amigo que ha dejado ya la Tierra, ¿no amarías cada minuto y llamarías al día un día notable?

Pero, por supuesto, no quieres vivir en el pasado. Te gustaría vivir hoy y encontrarlo un día notable. Mucho depende de cómo se mire el día que se encuentra ante ti. Mucho depende de ti.