DIOS DIJO:
No hay ni uno de vosotros que comience a saber su valor, y el valor que tenéis para Mi. oh, si, a veces os sentís en las nubes, pero la mayor parte del tiempo os acomodáis a los límites impuestos por el mundo. La mayor parte del tiempo, os sentís como un buey tirando de la carreta más que como un Ser Humano Divino. Los bueyes, ni más ni menos que vosotros, conocen el motivo al que sirven, pero lo que es seguro decir es que ellos saben que son Bueyes. No conocen la palabra Buey, pero realmente viven su existencia como bueyes hasta el fondo.
A veces os preguntáis qué piensan los animales que son y qué están haciendo en La Tierra. No obstante, vosotros, gran parte del tiempo, no sabéis qué sois y qué estáis haciendo en La Tierra. Puede que no contempléis el ser un Ser Humano como un gran privilegio que os fue concedido. Puede que más bien lo veáis como un trabajo mal pagado, siendo vosotros un animal primario tirando de una carreta, sin saber qué contiene la carreta ni hacia donde os dirigís con ella.
Pero vosotros, queridos, sois Seres Humanos Divinos. No sois menos. Fuisteis dados a La Tierra para bendecir a los animales y a toda La Tierra. No fuisteis destinados a ser parásitos ni a que os vierais como tales. Habitáis un lugar sagrado en particular. Se os ha encomendado un encargo único de gran alcance que solamente vosotros podéis llevar a cabo. Sois los únicos que llegasteis a La Tierra en un tiempo y espacio determinado, con unos padres y una vida determinada. Y sois los únicos que podéis realizar vuestro destino.
Hay un punto en el tiempo y lugar en que aceptáis vuestra propia responsabilidad, y es entonces cuando empezáis a ver un horizonte más amplio y os sentís atraídos hacia la parte que os cabe interpretar. Es muy vago para vosotros, pero os sentís atraídos hacia ello. Sabéis que está ahí esperándoos. Sabéis que está a mano. Está tan cerca, que casi podéis saborearlo.
Sois un Ser Ampliado. No estáis cojos, ni estáis encorvados. Sois Seres Humanos altos, y tenéis que manteneros erguidos. Estáis empezando a adquirir el sentido de que vuestra presencia en La Tierra es por una razón, y es una razón que os traerá felicidad a vosotros y al mundo. No estáis aquí solamente para poner vuestro tiempo. Vuestra vida no es para la que desperdiciéis. Tampoco es para que la viváis para vosotros mismos y vuestra propia diversión. Estáis para disfrutar y para saber que vuestra alegría debe exteriorizarse hacia el mundo. No hace falta que vayáis a todas partes para compartir vuestra alegría. Sólo tenéis que enviarla hacia fuera.
Os envié para emanar Mi amor. ¿Cómo vais a hacerlo? ¿Cuándo vais a hacerlo? Hacedlo ahora mismo, no importa lo que estéis haciendo. Dondequiera que os encontréis y lo que sea que estéis haciendo, aún no hay amor suficiente. Dejad que haya más. Podéis estar seguros de que la gente que os rodea ansía y necesita más amor, y está esperando que vosotros lo pongáis a funcionar. Así que vuestro objetivo principal es dar amor, no importa dónde ni cómo.
No obstante, dentro de ese marco, hay una lámpara especial que es vuestra y tenéis que encender. La encontraréis, y vuestra mano accionará el interruptor, y esa luz iluminará el mundo. Estáis muy cerca de esa lámpara. Estirad la mano para alcanzarla ahora.

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Cartas del Cielo – Ayudando a los Seres Humanos a Acercarse a Dios y a Sus Propios Corazones.
Gloria Wendroff, Overseer
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