Heavenletters™ Heavenletters™ - Acercando el Cielo a la Tierra

El CIELO está aquí para lograr el despertar de cada alma sobre la Tierra:
*Nuestra conexión con Dios*
*Nuestra creencia en nosotros mismos*
*Nuestra conciencia de nuestro merecido compartir con Dios*
*Paz en la Tierra*
DIOS está siempre acercándonos más a El.

CARTA No. 2271
Febrero 12, 2007

“¡UAU!, DIOS…”

DIOS Dijo:

Dame los buenos días. Di: “Buenos días, Dios”. ¿No es esa una buena forma de empezar el día? Cualquiera puede hacerlo. Sin importar donde te encuentres, puedes decir: “Buenos días, Dios”. Y si por cualquier razón, no pudieses hablar, podrías incluso pensar: “Buenos días, Dios” y Yo te escucharé. No es que Yo necesite escuchar. Eres tú quien necesitas decirme: “Buenos días”. Eres tú quien necesita reconocer Mi Presencia y reconocerla en tu vida.

Estoy inevitablemente contigo. Eso lo sé. Eres tú quien no puedes saber o creer o aceptar o incluso siquiera imaginar que yo estoy con todos y cada uno de ustedes y así es.

Si nunca has visto una salida o puesta de sol, nunca has visto la luna y las estrellas, tampoco podrás creer en ellas. Pero si dijeses “Buenos días, Sol” ó “Buenos días, Luna y Estrellas”, empezarías a sentir la posibilidad de ellas. La vibración de sus nombres sacudiría tu existencia y te sentirías más cercano a ellas y las conocerías a un nivel más íntimo.

No tienes que ser formal conmigo. No tienes que seguir un protocolo, aunque puedes hacerlo. Es perfectamente válido decir: “Hola Dios”. Dilo para ti mismo todas las veces que puedas. Di: “Hola Dios, ¿estás aquí?”.

Y cuando saborees un dulce, di: “¡mmm! ¡mmm! Dios”.

Y cuando recojas una flor, di: “Hermosa, Dios. ¿Cómo la hiciste? ¿Cómo la creaste? ¿Cómo hiciste tantas? Y ¿Cómo Tú provees una para mí?” Y ponle adornos.

Yo les proveeré de frutos en la misma forma que les proveo de flores, y les proveeré de personas en la misma forma que les proveo flores. Y por cada persona que pase por frente tuyo, dale la bienvenida porque ellos vienen en Mi Nombre. Y por cada persona que se despida de ti, di: “Dios, me enviaste a esta persona hoy. No puedo entender porqué pero sé que tenías razón. Lo que sea que esta persona me haya dicho, Tú querías que yo la escuchara. Querías que yo aceptara a esta persona justo como es, y sin tratar de mejorarla pero que la escuchara y escuchara un mensaje Tuyo sin importar su vaguedad. Dios, yo sé que Tú me enviaste a esta persona en la misma forma que me enviaste una presa para una sopa o una lechuga para la ensalada. En alguna forma, he recibido la presencia de esta persona por mi bien. ¿No es así, Dios?

Y pondré Mis manos sobre tus hombros y te diré: “Sí, así es”.

Y la aventura que sea que se te presente en este día, será para tu avance. Será para sacudir tu espíritu, quizás para despertar a algo que has olvidado. No es una prueba que les esté enviando, Amados. Quizás sea un recordatorio de que ustedes son un Ser Sagrado en medio de las circunstancias y que otros Seres Sagrados están allí para recordarles Quienes son y qué tanto amor puedes dar sin importar las circunstancias. Quizás estés aprendiendo que tu amor propio es como el que una persona ciega pudiese sentir por un poste de luz. Quizás debas esforzarte para lograrlo, y qué mejor oportunidad que la proporcionada justo ahora.

Traducido por: Gloria Helena Restrepo C.
yosoyjanaya [at] gmail [dot] com – Bogotá, Colombia

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