Dios dijo:

Amado, es posible que siempre le hayas dado la bienvenida a las buenas ideas sobre la muerte. Has escuchado que has tenido la experiencia de la muerte una o dos veces en el pasado, sin embargo, no lo recuerdas, y es posible que desees evitar el tema de la muerte por completo. Te inclinas a posponerlo. Dudas sobre lo que puede venir despues de la muerte más que el momento real de despedirte esta vez. 

En verdad, has tenido la tendencia a atesorar la vida. Eres reacio a entregar la vida. Dada la elección, podrías aferrarte a la vida para siempre. Te tambalearías en el precipicio de la muerte todo el tiempo que pudieras.

Puede que no hayas amado cada momento de la vida. Aún así, no deseas despedirte y abandonar el control.

Aunque tal vez hubo momentos en los que, en teoría, te hubiera gustado despedirte de la vida a modo de prueba, nunca diste el paso. Es posible que no lo hagas ahora ni siquiera en el caso de que existiera disponible un modo de prueba.

Mira, no has confiado en la vida, y tampoco confías en la muerte.

Por supuesto, con respecto a la muerte, los fuegos ardientes pueden ser rumores y habladurías. También has escuchado que una mala situación puede ocurrir en realidad en la vida en la tierra de todos modos.

Lo que podrías anticipar es unirte en el Cielo con Cristo y Buda y todos los demás dignos de mención y Dios Mismo, por supuesto, y los ángeles y volver a ver a todos los que en la vida han sido tan importantes para ti y que tanto has deseado con todo tu corazón volver a encontrar y recuperar los viejos tiempos. Te preguntas si realmente tienes que seguir llorando. Te gusta pensar que Dios podría proporcionar menos de tristeza alrededor de la muerte.
 
Lo que hace la primera entrada en la muerte tan difícil es que, al menos inicialmente, es todo o nada. Así que, en ese sentido, te arriesgas. Es posible que no tengas garantizada otra vida dorada. Ouch, no hay garantías de reembolso.

 No sabes, con seguridad, si tienes opciones o incluso un departamento de quejas a donde ir. Si hubiera un departamento de quejas, a donde ir, podría estar tan lleno, y podrías pasar toda una vida antes de llegar a tu turno en la fila.

Dadas las probabilidades, podrías renunciar a morir y darte la vuelta y volver a dormir antes de seguir pensando en ello. Mañana es otro día.

Realmente te gustaría pensar en la muerte como un comienzo en lugar de una partida. Tu situación es que simplemente nunca sabes. La muerte podría venir con una pizarra en blanco.

Hasta donde sabes, no hay pruebas, ni ensayos de vestimenta, ni elección previa. Sólo te arriesgas. No hay garantías firmadas. ¿Cómo sabes realmente que la muerte puede ser dulce? En la muerte, no hay bibliografías, no hay formularios de pedido, y hasta donde sabes, no hay pruebas o reparaciones a pedido. Parece que no hay reembolsos. Simplemente no lo sabes.

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