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Heavenletter #6242 El Milagro de la Sanación

Published on: January 30, 2018

God said:

Dentro de la Sanación yace una relación a través de la cual se imparte la confianza. Sin esfuerzo, algo pasa a través del doctor que imparte la sanación y del paciente quien absorbe la sanación. También es posible que sea el paciente quien crea la sanación que el doctor trae. Algo sucede que está más allá del cálculo. Cuál es el sanador o el sanado no es tan fácil de decir.

Un intento alentador de camaradería y determinación de sanar y ser sanado no llega muy lejos. La Sanación no puede ser reproducida o fabricada. No puede ser fingida. La Sanación viene así nada más. Viene cuando no estás mirando. Hay una conexión entre el sanador y el sanado. Definitivamente no Hablamos de estilo. No se trata de imponer una Voluntad sobre la Voluntad de otro. En absoluto.

Cristo no buscaba un nombre para sí mismo. En la sanación, algo profundo sucede, o no sucede. Lo que sucede está por encima del mundo.

Un zumbido ocurre. La sanación llega. Es el abrazo de dos almas. Es comunión. Cristo era inocente de la sanación.

¿Cómo sanaba Cristo?

Es algo en su Voluntad de sanar, sí, pero más que su Voluntad, o, Mi Voluntad, o la Voluntad de quien sea, hay algo acerca de la Consciencia de Cristo. No viene de un libro. Cristo no requiere Rayos-X. Desde una chispa de conexión, y, sí, sensibilidad, sus sanaciones eran todas simples y humildes. Sus sanaciones pasaron frente a nosotros antes que lo Supiéramos. No había un gran evento. Simplemente sucedía.

Cristo no se postraba ante ninguna enfermedad. Él no reverenciaba ninguna enfermedad. Él no estudiaba los trastornos. Él no se propuso ser un Gran Sanador. Él deseaba tocar. Su mano de sanación era como una mano simplemente fluyendo a través del agua. No había esfuerzo en sus santas sanaciones, ni obstáculos posibles a su sanación. Dentro de Cristo el sanar, no era una urgencia ni siquiera una necesidad.

Lo crucial de la Sanación de Cristo es que él no veía enfermedad. Él no veía una enfermedad que tuviera que sanarse. Para él no existía la enfermedad. Naturalmente, sus simples sanaciones iban más allá de cualquier mecánica de sanación. Sus sanaciones iban más allá del cuerpo físico.

En sus sanaciones está la Paz que sobrepasa el entendimiento. Un Alma se reúne con otra de la misma forma en que dos estrellas se reúnen en su propia Luz. No hay ahí oscuridad para ser vista o comentada.

Se podría decir que fue el Amor de Cristo el que sanaba, pero Yo tengo cuidado en decir Amor, ya que la Union del Amor de Cristo va más allá de lo que generalmente es llamado Amor. No había el esforzarse por el Amor. No había profesiones del Amor o consejos para ser amoroso u obtener una cualidad del Amor. El Amor era igual que la salida del Sol. Ahí está. Sucede que el sol brilla.

No había que esperar por una sanación o insistir en la llegada de la energía sanadora. Las sanaciones de Cristo eran sanaciones de Consciencia. No había nada para ser examinado.

Cristo no ve un rastro de enfermedad. Él jamás evitó mirar a la enfermedad. Él simplemente vio por una puerta a través de la cual es fácil de mirar.

Algo atraviesa durante un pasaje de sanación. Lo que pasa no es un intento de Unión. Es Unión. Lo que sea que suceda no es una actividad aprendida. Digamos que es un obsequio que pasa entre dos bellas almas sin-hacer-nada, de la Misma Forma en que Dos Estrellas saldrían e incidentalmente iluminarían el Cielo Nocturno.

Lo que es llamado la sanación de Cristo surge de sí misma. Una sanación te sana antes que lo asimiles. El Amor pasa-tan-lejos que tu corazón ni lo nota, es una neblina. Ni siquiera es una neblina.

Una sanación no se nombra, o se atiende, sin embargo algo sucede que eleva la consciencia del mundo y la eleva todavía hasta el día de hoy.