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Heavenletter #5117 Secuestrado por la Vida

Dios dijo:

Quién sabe cuál es la Verdad de la Vida tal y como es vivida en el mundo? Tal vez lo mejor que puedes hacer en la actualidad es coquetear con la vida. Todavía no has llegado a la realización de la vida. Tienes conjeturas. En muchos casos, corres lejos de la vida. Te encuentras en un punto muerto con ella. Tú sigues tu camino, y la vida sigue su camino, y a veces parece que los dos nunca se encontrarán.

Tú tienes tus ideas, y la vida tiene sus ideas. A lo mejor, estás en una tregua con la vida, a la vez que no confías en ella. Desconfías de la vida, como si la vida te persiguiera, te cobrara, te atacara furtivamente y te quitara algo precioso.

Puedes sentir que te aferras a la vida por un hilo. No sabes qué trampas te tiene la vida. Simplemente no sabes lo que va a acontecer en la vida. Puedes tener dificultad para respirar debido a que le jadeas a la vida y estás preocupado por lo que tiene preparado para ti. Puedes incluso ver la vida como a un enemigo que está dispuesto a halar la alfombra de debajo de tus pies. La vida parece que trabaja rápido, a mil por hora.

En Verdad, la vida te sostiene. Sí, la vida te lleva con ella. No te da un mapa. Has sido secuestrado por la vida, por así decirlo. Estás ocupándote de tus cosas, y la vida te recoge como el viento podría barrer las hojas, y te deja en otro lugar, en un súbito lugar o rol nuevo en la vida. Un tornado te recoge y te lanza a otro lugar.

Es tan fácil pensar que la vida ha cometido un error, tal vez te ha confundido con otra persona. Ya se trate de la pena o la gloria que encuentra su camino hacia ti, te preocupa que la vida haya cometido un error. En cualquier caso, desde tu punto de vista, la vida no tiene derecho a llevarte lejos así por así. Estás conforme, sentado con los pies en alto. Te estás acostumbrando a la vida de una manera, y luego la vida te lanza una curva.

Puedes sentir que estás en una posición insostenible. La vida te mantiene en el aire, suspendido. Estás flotando sin nada fijo en el espacio justo debajo de ti. Así es como te puedes sentir, que la alfombra ha sido retirada de debajo de tus pies en repetidas ocasiones, y aquí estás, un vagabundo en un arroyo, sin ni siquiera con una mochila a tu nombre. Puedes sentir que la vida es resbaladiza, y que te estás deslizando a través de los dedos de la vida.

Todo esto es imaginado, por supuesto. Es posible que te aterrorice la vida y su variabilidad. Simplemente no sabes qué hacer con ella. Es ambivalente. En un momento la vida es buena, en otro sin piedad. Te sientes que estás a merced de la vida.

A veces puedes sentir la vida te persigue, nunca te deja, nunca te deja seguir tu camino, no muy lejos de todos modos. Y, entonces, cuando ves lo lejos que has llegado y lo mucho que has crecido, la vida se convierte en un sueño y no es real en absoluto, y, aun así, te tambaleas.

Puedes sentirte como una rosa lista para florecer, y, justo en ese momento, la vida te pone una tapa y te entorpece, o recorta tu tronco, que es tu conexión con la Tierra. Sin embargo, por supuesto, una rosa agradece ser colocada en un vaso o un florero lleno de agua y ser adorada. Las rosas son recogidas por una razón. Ellas son recogidas a mano. Son elegidas. Ellas no son pisoteadas. Son elegidas por su belleza y gracia, y, lo que sea que pienses de ello, también así, amados, lo son ustedes.