Dios dijo:
Cuando la vida no les parece buena, entonces háganse buenos a la vida. La vida no es un error, no puede serlo. La continuación de la vida puede parecerles como un grave error, pero la vida, como la composición entretenida que es, conoce su camino. La vida no vuela a ciegas; ella sabe lo que hace. Alguien, quizá ustedes, ordenaron huevos revueltos, o alguien no lo hizo; sin embargo, se dan cuenta que les están sirviendo huevos revueltos. Se los han traído directamente y puesto frente a ustedes; son para que ustedes los coman. Pedidos o no, los huevos son suyos. Ellos llegaron a ustedes.

Pueden protestar todo lo que quieran. Sin embargo, la vida ha declarado a favor. En algún lugar, de alguna manera, a sabiendas o sin saberlo, ustedes ordenaron esos huevos. En cualquier caso, ahora son suyos.

La vida no siempre está bajo su jurisdicción y, sin embargo…

Quizá la vida sea una colcha que ustedes hicieron hace mucho tiempo y sencillamente se han olvidado que ustedes la cosieron, pero no importa. No importa cómo, por qué o cuándo. Los puntos están cosidos y ustedes sostienen esta aparente colcha de parches en su mano. Por supuesto, esta es la vida relativa de la cual estoy hablando. Bien puede parecer accidental, incluso sin propósito. Sin embargo, ustedes saben que existe una poderosa fuerza vital en el mundo. A pesar de que la colcha fue hecha una puntada a la vez, es inmensa, esta colcha de la vida.

Sin duda, se siente como si las olas los hicieran rebotar. Sin embargo, se oye decir que ustedes son el Océano y ustedes provocan las olas. Estas les pueden golpear la cara, o volcarlos, o ser las olas más maravillosas que jamás habían soñado. Independientemente de ello, estas los bañan. Entienden que no existe ningún desastre. La vida se desarrolla tal cual y, según su mente, lo peor de todo, o lo mejor de todo, es que es temporal, dependiendo de su inclinación o aversión.

Desde su punto de vista, la vida es injusta y, sin embargo, la vida sólo puede ser lo que es. Los huevos son suyos y ustedes los comen.

En cierto modo, les estoy diciendo que le hagan frente a la vida. En otras palabras, les estoy diciendo que salten sobre ella. Incluso, cuando ustedes creen que la vida tiene una finalidad, esta continúa. Ustedes, que están vivos, viven. No hay callejones sin salida. No hay catástrofes. Incluso cuando pareciera que la catástrofe los mira directo a los ojos, no existe. La vida es inmensa y en realidad ustedes no pueden medirla. La vida es inconmensurable. ¿Cómo pueden pensar en algo que, al momento que llega, ya se está alejando? El horizonte no permanece igual, sino que continúa cambiando. A veces sienten que la vida es una broma que se les está gastando a ustedes, o que ustedes son el comodín. Amados, ustedes son un jugador en un campo que a menudo se siente lodoso. El lodo se secará y ustedes se sacudirán el polvo.

A veces ustedes critican que la vida no se detiene a tomar un respiro y a veces se alegran de que continúa su recorrido y no permanece igual. Ustedes quieren esto y aquello al mismo tiempo.

Tarde o temprano ustedes llegan a la conclusión de que la vida, tal como es en el mundo, no es para que ustedes la resuelvan. No es su rompecabezas. La vida les pertenece, pero no es su rompecabezas. Obsérvenla. Rocen la superficie, porque la superficie es sólo eso. La superficie es más parecida al juego falso de póquer que se juega en el salón principal. Las apuestas grandes se juegan en el salón de atrás. Las verdaderas apuestas se juegan en el salón de atrás. Ahí, todo mundo tiene dinero de sobra. Ahí, todos ganan. Ahí, todos comienzan de nuevo y ganan.

Lourdes Méndez (Dreamhealer)