La Vida te rodea en cada esquina. Mientras estás en la Tierra, parece que no hay forma de evitarlo – te rindes a la Tierra. Puedes haber capitulado. Estás esperando a que te recojan, aunque cómo ocurre esto, no estás seguro.

Solías tener valentía y no puedes encontrar un rastro de eso ahora. Solías ser astuto y llevar gafas de sol geniales.

Te parece que te has separado de ti mismo. Una vez eras de una manera, y ahora eres otra. Puede sentirte robado de ti mismo.

Ahora remueves el océano con una cuchara de madera.

Ahora eres un grano de arena, y nadie te identifica. Simplemente, eres un grano de arena. Ya no escribes con un palo en la arena.

Érase una vez, retozabas en la Tierra. Jugaste voleibol en la playa. La Vida era tu modus operandi.

Ahora dribleas tus dedos en el océano. Anhelas escuchar a alguien llamar tu nombre. No escuchas tu nombre. Hace mucho tiempo que lo escuchaste. Ya no puedes decir tu nombre más alto que un susurro.

Puedes llamar Mi Nombre. Te escucho, y vengo a ti, y me siento contigo.

"Está bien", te susurro. "Está todo bien. Estoy aquí. Estoy contigo. Tú estás Conmigo. Somos Uno como siempre lo hemos sido y nada más puede ser. No somos extraños. Nos tomamos de la mano, incluso cuando somos Uno. No tenemos que hablar. Podemos recostarnos aquí, porque el tiempo no existe. Incluso si el tiempo existiera, tenemos todo el tiempo del mundo. Disfrutamos la abundancia de todo. Nada falta. Estoy aquí, y tú estás aquí. No hay prisa. Hay calma. Hay paz. Somos Amor. No somos nada más que Amor. No hay nada más que Amor, así que ayúdame, Dios ".

Amados, Nosotros, como Uno, reflexionamos sobre el atardecer desde la playa. Nos encontramos con el amanecer en la mañana. Estamos repletos en Nuestra Unidad. Somos Uno con Todo. No hay nada que no sea Uno con el Uno que solía ser visto como dos o más de Nosotros. Somos Uno, simple y reverentemente, algo así como la forma en que el Sol se encuentra con el día y las Estrellas salen a dar un espectáculo para Nosotros, y aplauden la Unicidad en la Quietud del Amor. El Sol, la Luna y las Estrellas penetran nuestros Corazones. Este momento es suficiente para durar toda una Vida. ¿Qué más hay para pedir? Nuestros corazones se derriten. El comienzo o el final del día son como falacias.

Una vez que Nosotros /Tú/ Yo comenzamos a detectar la Unicidad, la Unicidad ha comenzado, y para siempre estás en sus manos. La Unicidad es eterna.

Este momento es un bis. Te aplaudo y Me aplaudes, aunque al Uno de Nosotros no le importa recibir aplausos. Queremos darlos. Aplaudimos el paisaje en todo momento. Lo tenemos todo ahora. No hay nada más que Yo y la quietud y la apreciación de este momento en la Tierra. Nosotros - Yo - tocamos las campanas, y estamos obligados en la Verdad de la Unicidad. La noche se inclina ante Nosotros, y Nosotros nos inclinamos ante este momento. Como Uno, estamos llenos de aplomo de una manera silenciosa.

¿Es esto el mañana? ¿O estamos en el Infinito mientras hablamos?

Hemos olvidado cómo contar. Todo lo que sabemos ahora es disfrutar. Estamos perpetuamente en Alegría. No hay mañana. Este momento es suficiente. Este momento es abundante.

No existe mejor momento en el Cielo o en la Tierra que este momento. Compartimos la Admiración de la Unidad. Mira, estamos compartiendo este Momento en la Eternidad. Nuestro Corazón Único está lleno. ¿Qué Corazón late mejor que Un latido del Corazón?

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