Dios dijo:

Yo moro en tu corazón. Siempre estoy aquí dentro de tu pulsante corazón. Siempre Me puedes encontrar ahí, pues, siempre Estoy en lo profundo de tu corazón de oro.

Yo no estoy aislado en la cima de una montaña. Donde Yo estoy, estás tú. Podemos decirlo de otra manera y decir que donde quiera que estés, Yo estoy. Da igual cómo lo decimos. No existimos sin el otro, el mal llamado otro, ese mal llamado otro que está frente a Nosotros o por encima o por debajo del umbral de Nuestros Corazones. Un corazón late. ¿Es el tuyo o es el Mío? ¿Quién puede decirlo? Nunca podrás averiguarlo porque no hay corazón latiendo separado en el desierto en alguna parte.

Si el desierto significa sin Dios, entonces, no hay desierto. Si desierto significa sin ti, eso tampoco es posible. No es posible, sin embargo, el mundo lo ha percibido de esta manera. Has sido percibido como tu solo, completamente solo. Yo no estoy escondido. De Mi corazón, nunca estás perdido. Entonces, ¿qué es este alboroto? Yo, Dios, nunca estoy lejos de ti, y tú no puedes estar lejos de Mí, excepto en tu conciencia. Bueno, entonces, obtén una nueva conciencia.

Te miro a los ojos, y veo un reflejo de Mí mismo. Mírame a Mis ojos, y verás un reflejo de tu Ser. No necesitas mirar nada más. Esto es todo. No hay solitario. No hay soledad. Es un mito que perpetúa una búsqueda de Mí cuando yo ya estoy estacionado en tu corazón. No busques más. Yo soy tu Ser más Íntimo. Nunca me he ido de tu corazón, ni el tuyo del Mío, el Corazón Unificado.

No importa lo que el mundo piensa de ti o lo que el mundo piense de Mí. Yo soy quien Soy, y tú también. No se puede cambiar la Verdad de ti. Puedes hacer una canción y bailar y ponerte el traje de un rufián, y, aun así, eso no hace ninguna diferencia en lo absoluto. Cualquier persona puede proclamarte a ti o a Mí como nada en absoluto. Proclamar Nuestras Identidades no afecta a Nuestra Identidad, pues hay Una Identidad, no importa lo que digas. Dios es Uno, y tú eres Uno Conmigo también. Nadie está fuera de Mí o fuera de Mi Amor. Ya sea que obedezcas o no, lo que sea que signifique o no obedecer, Mi amor va hacia ti y te alcanza.

Sin embargo, puede que no hayas llegado a recoger todos los paquetes que puedan ser entregados a tu puerta a través de la oficina de correos. Hay paquetes que pueden estar esperando por ti, y que esperarán. Y un día, los recogerás y abrirás. Es posible que hayas estado deseando un paquete en concreto. Es posible que hayas estado gritando por el! Todo el tiempo, estaba justo allí, esperando a que lo vieras y lo abrieras. Abre tu corazón - y aquí Estoy Yo justo donde siempre Me quisiste.

Amado, nunca He estado en ningún otro lugar. Entiendo que te has sentido triste. Entiendo muy bien. Negaste Mi Presencia. Pensabas que estabas sin Dios, que Yo te había abandonado, o maltratado, y desde luego que estabas seguro de que Yo no te entendía. Si Yo no aparecía ante ti de la manera que pensabas que debía hacerlo, concluiste que Yo no existo, que Yo podía haber existido para los demás, pero no para ti. Te convenciste a ti mismo de lo que no podía ser cierto. Te creíste tu propia propaganda y llamaste a Dios ausente y declaraste a lo imposible real y a la Verdad inexistente.

Pueden detener esa práctica ahora mismo. Suficiente con ese fanfarroneo, amados. Pausa. Rebobina. Escucha esa cinta de nuevo. Déjame entrar en foco en tus ojos y en tu corazón. Estoy aquí. Estoy aquí. Nunca He estado en ningún otro lugar que no sea aquí. Agito Mis brazos para que te des cuenta de que Estoy justo aquí donde Estoy. Mírame llamarte y Conóceme como a tu mismo Ser.