Dios dijo:
No crean que le doy poca importancia a las situaciones por las que puedan estar pasando. Al mismo tiempo, eso por lo que están pasando es tan sólo algo por lo que están pasando. Ustedes son los que lo toman a su ritmo. Dicen que por lo que están pasando es sufrimiento y entonces sufren. Sienten la pérdida, de un modo u otro. Había algo que ustedes tenían o que debían haber tenido y no lo tienen. ¿Quién dice que ustedes han perdido algo? ¿Quién identifica problemas? ¿Quién pone mala cara y grita, amados?
Calmen la tormenta que hay en su interior. Cualquier cosa que el mundo diga o haga o parezca, ustedes son su propio ser soberano. No están a la disposición de lo que la vida dé o no. ¿Han estado pateando la vida? ¿Han estado chupándose el dedo?
Ustedes son un ser favorecido. Deben comenzar a pensar en sí mismos como un ser favorecido. Si piensan en sí mismos como un ser desfavorecido, ¿qué son entonces sino desfavorecidos? En términos de la vida relativa, ustedes son lo que se dicen a sí mismos que son.
Yo les digo que son amados sin medida y ustedes dicen: “Pero, pero, pero…” No hay pero que valga. Vamos, ustedes son Mi hermoso hijo y, sin embargo, pueden tratar de probar que el mundo no los valora o, de hecho, que Yo no lo hago. Cuando se sienten defraudados, ¿quién los defraudó? Ustedes mismos. Es mejor que se sienten y comiencen a pensar de diferente manera.
Se ha dicho que el mundo no les debe la vida, sino son ustedes quienes le deben al mundo, amados. Ustedes están aquí para dar algo. Al menos dense crédito a sí mismos.
He escuchado decir a la gente: “¿Qué ha hecho Dios por mí?” ¿Pueden creerlo?
Hay quienes piensan en Mí como Santa Claus. “¿Qué me dejó Santa en mi calceta? ¿Carbón, cenizas, o nada en absoluto? Eso es lo que conseguí”.
¿Qué se supone que debía darles exactamente?
Ya no más sentir pena por sí mismos. Es algo lamentable sentir pena de sí mismos.
Cuántas veces se ha dicho: “Cuenten sus bendiciones”. Ustedes no están despojados. Ustedes están bendecidos.
El pensamiento negativo los abate. Es la verdad decir que son bendecidos. Incluso en lo que ustedes ven como una catástrofe, están bendecidos.
Presten atención a su actitud.
Pueden sentarse con los pies en alto y esperar a que Yo les traiga presentes. Levántense, dejen su silla y den a los demás lo que ustedes anhelan para sí mismos. Sean Dios en el mundo por un momento y den deleite. ¿Por qué esperan a que Yo les traiga felicidad? Vayan y den algo de felicidad y ustedes serán más felices.
Si ustedes creen que fueron elegidos para el dolor, son ustedes quienes lo han repartido. Por ejemplo, debido a que han perdido a un ser querido, quizá ustedes concluyeron que eso quería decir que yo no los amo. Su conclusion es que se les ha agraviado. Es mejor concluir otra cosa.
Ustedes son los creadores de su propia vida. Ya no se queden sentados ahí, condoliéndose de sí mismos.
Si se dicen a sí mismos que son miserables, es totalmente seguro que ustedes serán miserables. Eso en lo que ustedes piensan, los sigue. En lo que ustedes piensan, los convence.
Si se dicen a sí mismos que Yo, Dios, los he descuidado, ustedes se frenan por completo.
Comiencen pensando de nuevo. No más peros. Reconozcan sus bendiciones y más bendiciones les llegarán. Cuando ustedes no aprecian su buena fortuna, esta puede volverse tímida. Busquen la buena fortuna, pero no como una deuda que se les debe. Ahórrense el ser un cobrador.
Sálganse de la esquina en la que han permanecido sentados. Levántense.
Traducido por: Lourdes Méndez (Dreamhealer)