Ustedes son Seres Creados. Ustedes son criaturas. Ustedes consumen mi corazón. Yo siempre estoy consciente de sus presencias, y sin embargo no me pertenecen. Cuando les di libre albedrío, los libré. Somos Uno, pero, según ustedes, no están vinculados a Mí. Según sus juicios, pueden irse por su cuenta. Puede parecerles alejarse de Mí, sintiendo que Debemos separarnos, o que Nosotros ya estamos separados. Ustedes son libres de hacerlo en sus mentes si así lo desean, sin embargo, en realidad, eso nunca podrá ser. Yo estoy unido a ustedes, amados. Son libres de irse por donde mejor les parezca, sin embargo, He decidido quedarme siempre con ustedes. Nunca lo haré, ni en Mi imaginación o de acuerdo con ustedes. No puedo, y no lo haré. Mi voluntad es estar con ustedes y abrazarlos. Me quedo cerca. No puedo concebir nada más. ¿Por qué nunca Me desprenderé de eso que me aferro, queridos?
Si alguien quisiera halarle uno de sus dientes sin razón, dirían: “¡Adelante, saque mi diente!" De la misma manera, Yo no sacaré fuera de Mi conciencia ni a uno de Mis hijos. ¿Qué necesidad puede haber para que Yo me aleje de ti o de alguno de ustedes? No tiene sentido. Yo soy tuyo, y como tuyo me quedo. Yo soy de todos y por cada uno me quedo.
Tampoco eres Mi yo-yo en una cuerda. Es verdad que suben y bajan. Eso es por tu propia voluntad. Ustedes suben y bajan por las historias que sus mentes les cuenta. Ustedes escuchan esas historias. Disciernen la tragedia y deciden que tienen que sentirse desalentados. ¿Qué pasaría si no pudieran percibir ciertos acontecimientos como trágicos? ¿Qué pasaría si omitieran todo el concepto de tragedia? ¿Qué llorarían entonces?
¿Qué sucediera si la palabra tragedia nunca se hubiese formado? ¿Qué pasaría si todos los eventos en la vida fueran considerados sólo como eventos de la vida? Hay alegría en el nacimiento y en el llanto de un bebé. ¿Tiene que haber tragedia cuando alguien abandona la Tierra? Ustedes son conscientes de que todo el mundo saldrá de la Tierra y sin embargo, cada vez, esa idea te sacude como si la muerte fuera un ladrón.
La vida es preciosa, y también lo es la muerte. Tengan la sensación de que la muerte es una recompensa, no un acontecimiento trágico.
Con la muerte, es como si recibiesen un telegrama: "Vengan a Casa. Estamos esperándolos. Este es tu boleto. Vamos a celebrar sus llegadas. Y qué regocijo habrá. Estás a punto de embarcarte en otra etapa del viaje. Podemos titularlo Cielo vuelto a Visitar. El héroe ha vuelto a casa. Dios bendiga al héroe. Buena Suerte".
¿Qué hay de malo en eso? ¿Qué pasaría si dejaras de discutir lo inevitable? Tú, que eres un inmortal ¿no puedes morir? Sólo tu cuerpo se despide. ¿Lo previnieras? ¿Por cuánto tiempo lo pudieras prevenir?
Por las noches, descansas tu cabeza sobre una almohada. Este evento de cada noche no es llorado. Y sin embargo, en el ocaso de tu vida o de un ser querido, cuando tú o un ser querido se acuestan por un merecido descanso, hay lamentos. No giman, no amados. El héroe ha vuelto a Casa. Regocíjense.
¿Qué pudieran ustedes o sus seres queridos hacer, amados? ¿Y qué darían si se les diera a elegir? ¿Desean pasar el rato en el mundo para siempre?
Cuando sales de la Tierra, eres tan ligero como el aire. Todas las cargas se van. Pensamientos de preocupación se reducen por la distancia. Te quedas con lo que siempre has querido, con el amor, amados, y eso es amor. ¡Salven al Héroe que ha retornado!