LOS GRANDES AÚN VIVEN – 22 de diciembre, 2008
Heavenletters™ Nº 2950: Acercando la Tierra más al Cielo
Traducción: Carolina Castagneto
Edición: Anita - wayran [at] gmail [dot] com
El CIELO se encuentra aquí para alcanzar a cada alma para volver a despertar.
* Nuestra conexión con Dios*
* Nuestra creencia en nosotros mismos *
* Nuestra consciencia de nuestra valía compartida con Dios*
* Paz en la Tierra*
* Dios siempre nos está acercando a Él.
Dijo Dios:
Las estaciones son como las conoces. En un hemisferio, es primavera. En el otro, es otoño. Tú te mueves como las estaciones, y te mueves con el universo.
Antes de que te des cuenta, será navidad. Llegará a un maravilloso país blanco, y llegará a una isla tropical. A la navidad u otra festividad no le importa cómo será el clima. Las festividades llegan igual. A las festividades no les interesa la manera en que están envasadas o no envasadas. ¿Qué necesita un día para ser una festividad?
¿Sabe el día mismo que es una festividad? Para sí mismo, es un día como cualquier otro. Lo que lo hace especial y distinto no es el día en sí mismo, sino tú. Para uno, la navidad es felicidad. Para otro, es tristeza. Para otro, puede ser nada en absoluto, un lejano evento de un Santa Claus vestido de rojo en un trineo, con naranjas para los niños buenos y carbón o nada para los desobedientes. Para otro, es un recordatorio del nacimiento de alguien que amó al mundo y que realmente nunca se fué. Nunca lo mataron, porque para aqué que lo considera Cristo, éste no pudo haber sido dañado.
No sientas tristeza por el nacimiento o la muerte. Son meros cambios de ropa.
No existe la muerte, y Cristo y todos los Grandes aún viven. Pensabas que los Grandes son excepciones, y de que ellos realmente se alejan de tu lado? Ellos se quedaron. Ciertamente viven en tu corazón, los hayas invitado o no, residen en tu corazón, sintíendose en casa, cerca del relajante fuego del amor.
Si estuvieras en presencia de uno de los Grandes, nunca lo abandonarías. ¿Por qué imaginas que él te dejaría a tí? No hay circunstancia alguna bajo la cual los Grandes te dejarían. ¿Qué son los Grandes, sino tú mismo? Ellos son tú, pero sólo que con un mayor conocimiento de primera mano respecto de Mí que tú. ¿Qué son los Grandes, sino tú, sólo que con una memoria mejor que la que tú tienes ahora?¿Qué son los Grandes sino Yo con forma humana, y qué son ustedes, amados, qué son ustedes? Ustedes también son Yo, con forma humana. Crees que te has excedido, pero eres Mi amado hijo, sólo que tus ojos están nublados, y crees que lo que de verdad eres, es aquella forma desde la cual te desenvuelves. La Grandeza de cualquiera también es la tuya. Todavía no te has dado cuenta. Pero pronto lo harás.
Cristo ha renacido, y tú también. ¿Qué hizo Cristo y los otros Grandes, sino colocar su corazón junto al Mío? ¿A qué renunciaron, sino a la trivialidad y a una conciencia disminuída? Ellos no hicieron un trato. Simplemente, ellos hicieron a un lado la mezquindad, y así es como se hicieron Grandes. Tú puedes desear eliminar todas aquellas pequeñeces que te obligan a andar quejándote en la Tierra. Aún no has tenido la percepción necesaria para ver lo que vale la pena ser visto.
Pero mira, te doy Mis ojos para ver a través de ellos. Te doy Mis anteojos. Simplemente póntelos. Te quedarán bien, y verás lejos. Verás el camino hacia todos los corazones, y quedarás fascinado con sus latidos, por su infinita infinitud, y por la música que tocan sin parar. Surgirás desde los confines en los cuales tú mismo te has ubicado. Frotarás tus ojos y dirás:
“Así es como siempre ha sido y yo nunca lo ví. ¿Cómo pude no haber visto que todo este Dios está frente a mí? Pero no importa, la cosa es que hoy lo veo, y éste es Mi nuevo nacimiento. Este es el día en que ví la luz de Dios y la hice propia. No la tomé. Vï que ya era mía, y que ya era tuya”.
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Copyright © 1999-Now Heavenletters™
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Heavenletters™ -- Ayudando al Ser Humano para Acercarse a Dios y a Sus Propios Corazones
Gloria Wendroff, Godwriter
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