AMADOS, LA VERDAD DE USTEDES
Heavenletters™ No 2986: Acercando la Tierra más al Cielo
ENERO 27, 2009
Traducción: Sergio Hache
Edición: Anita Manasse – wayran [at] gmail [dot] com
El CIELO se encuentra aquí para alcanzar a cada alma para volver a despertar.
* Nuestra conexión con Dios*
* Nuestra creencia en nosotros mismos *
* Nuestra consciencia de nuestra valía compartida con Dios*
* Paz en la Tierra *
* Dios siempre nos está acercando a Él.
DIOS DIJO:
La Verdad de ustedes es el amor. Todo lo que no sea la Verdad de ustedes es menor. Son Seres ilimitados de la Verdad. Los límites que se imponen a sí mismos u otros no son la verdad. Son falsos. Cuando repentinamente se venden a sí mismos, están siendo no verdaderos con ustedes mismos. Están siendo falsos. Traicionan la Verdad sobre ustedes mismos. Cuando establecen límites a otros, están traicionando la Verdad de ellos.
Si dicen que están desesperanzados o son incapaces, están diciendo mentiras sobre sí mismos.
Estamos hablando de ustedes mismos y vuestros sueños y deseos. Si otros establecen sus sueños para ustedes antes que ustedes, tal vez ustedes no puedan responder como ellos sueñan. La misma acción, si fuera vuestro propio deseo, podrían realizarla.
Entonces, más que habilidad, Estamos hablando de motivación. De manera similar, cuando ustedes dicen que no pueden hacer algo, es porque están faltos de motivación, no de habilidad. Hablamos de motivación interior, de motivación en su fuente. Si tienen una motivación interior de ser capaces de cantar y de hacerlo bellamente, ¿qué los detiene? Por otra parte, si deciden ser el más grande cantante de ópera del mundo, bueno, eso podría ser una motivación exterior, y, claro, sólo una persona a la vez puede lograrlo. Una motivación interior de manera similar, es una que muchas personas pueden tener y realizar. Hay muchos coros que cantan bien. Una motivación interior sería desear sobresalir cantando ópera y no necesariamente ser la diva o el divo. ¿Ven la diferencia?
Cuando realmente es vuestro deseo más profundo cantar bellamente, ¿qué los detiene? Cuando se trata de tener ganas de algo, darán con eso. Está bien. No se trata de tener que desear ser alguien que canta bellamente. Está perfectamente bien querer cantar hermosamente, y sin embargo no desearlo lo suficiente para que suceda. El deseo dura sólo por un tiempo. No es un error, amados.
A veces vuestro deseo cambia, igual que cuando eran niños pequeños, querían una determinada muñeca o un juguete encendido por fuego, y después deseaban otra cosa diferente. Está bien dejar deseos en el camino.
A veces miraban al mundo o a alguien de él por aprobación, y ellos no tenían para dárselo, y ustedes se volvían sin rumbo; aunque dentro de ustedes, hay deseos que desean florecer. Incluso cuando tienen (lo que piensan como) un deseo tonto o un deseo rebuscado, dejen a la imaginación correr con él. Denle una oportunidad. Vean adónde los lleva.
Déjennos abolir las palabras no puedo, incapaz, inadecuado, imposible, etc. Déjennos abolirlas de una vez y por todas. Abolir incluso: “Parece que no puedo”. Abolir: “Deseo que pudiera”, porque si realmente desean, lo obtendrán. Hablen con palabras de fuerza. Razones porque no son excusas, y las excusas son holgazanas. Hay sólo una razón, y esa es que no desean lo suficiente. Está bien reconocerlo.
Cuando están en vuestra Verdad del amor, una alegría uniforme los acompaña. Esto no quiere decir exceso de alegría, amados. Es más un amplio estado de neutralidad que ni siquiera piensa sobre sí mismo. Como el amor, está ahí. Puede ser tranquila, pero no ha sido acallada.
Amor y alegría, incluso silenciados, integran una bella compañía en vuestras vidas. De la mano, caminan por la senda de vuestras vidas. El amor y la alegría los empuja a lo más alto, y a todo el mundo con ustedes. Los hacen líderes del mundo. Ustedes guían en amor y alegría y vuestra habilidad de ir sobrepasa todos los límites que la historia pasada les impuso.
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Heavenletters™ -- Ayudando a los Seres Humanos a Acercarse a Dios y a sus Propios Corazones
Gloria Wendroff, Escritora de Dios
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