DIOS DIJO:
Cuando abren más sus ojos, verán lo que puede que no hayan visto anteriormente. También es así, cuando abren más su corazón, su corazón podrá amar más de lo que lo hizo anteriormente.
Cuán maravilloso se sentiría su corazón si lo dejaran ampliamente abierto, y simplemente podría amar sin instrucciones de ustedes. Simplemente podría amar con libertad de acción sin reservación. El mismo podría abrazar sin su voto a favor. Cuán feliz sería su corazón conociendo solamente votos a favor y nunca llegar a conocer los votos en contra.
Este sería el final del juicio, amados. Cuánto tiempo y energía les ha quitado el enjuiciar. Se ha convertido en su amo, actualmente su tirano. Cuán engreído y arrogante juicio, ha llegado a ser el decapitador. Ahora, fuera con la cabeza del juicio. Ha llegado su turno. No sean remilgados. Nunca antes les importó apartar su cabeza y su corazón de alguien. Ustedes eran como una reina imperiosa que se envolvía en su capa real y se iba chasqueando alejándose de sus súbditos, dando la bienvenida solamente a otra realeza y nunca al hombre común.
Con la muerte del juicio, ustedes saludarán a lo sin lavar como a los lavados. Con la muerte del juicio, no hay nada que los alejará del amor. El juicio ha sido la estructura construida para retener al amor. Ha sido como un dique, y ahora las compuertas se han quebrado, el amor inundará a la tierra, y cada uno será ahogado en amor. El amor será tragado entero, y cada Ser en la Tierra amará y será amado. Ni siquiera un intercambio de amor. Todo será amor. No un amor diferenciado, sino amor, amor supremo, amor puro en la percepción de si mismo y de nada más.
Donde hay amor, ¿qué más puede entrar? Cuando el amor es todo, ¿qué es lo que admitiría el amor? El mundo sería una hermandad de mujeres o una fraternidad de amor, que no tiene iniciación y a la cual todos serán admitidos. Todos serían compañeros en la Tierra. Todos serían colaboradores, aunque no habría nada en lo que colaborar, porque todo sería amor.
El amor sería supremo, pero no sería contado. Habría demasiado para contar y no habría forma de contarlo de todos modos. El amor no puede ser separado en divisiones para ser contado. Si se tendría que hacer un inventario del amor, ustedes podrían contar solamente hasta llegar a Uno. Ahora les cuento el puntaje. Este es el puntaje: Uno. Antes de comenzar el juego, el resultado está asegurado, y el resultado es Uno.
Cuando ustedes permiten que el juicio argumento esto, ¿qué es lo que ganan si no es más juicio? ¿Ha sido el juicio tan agradable que quieren mantenerlo? ¿Realmente entregan su voto para el juicio por sobre el amor? ¿De qué lado – si hubiese lados – quisieran estar? ¿Juicio o amor? Ustedes eligirían el amor. ¿Porqué entonces tienen que persistir en la elección del juicio? El juicio no los hace poderosos. Solamente los hace altos y poderosos. Cuando ustedes juzgan, son arrogantes acerca de algo.
Oh, amados, las lágrimas que ha producido el juicio. Los enjuiciados lloran, y los que juzgan llevan cicatrices de la batalla. ¿Qué es lo que piensan que es el juicio sino una batalla? Pero no es una batalla entre villanos y héroes. Ustedes no se convierten en héroes porque alguien más hizo algo malo. Sea cual sea la ofensa de otro, ustedes se convierten en villanos con su acta de acusación.
Encuentren al juicio culpable, si tienen que hacerlo, y denle la guillotina. Se merece semejante recompensa. Durante demasiado tiempo ha desafiado al amor. Adiós, juicio, adiós.
Traducción: Anita Manasse