DIOS DIJO:
No hay sufrimiento sin su conformidad. Lo qué sucede afuera de ustedes no causa sufrimiento. Lo que ustedes hacen de lo que ocurre atrae al sufrimiento. Volvemos repetidas veces a sus pensamientos, y a la necesidad de cambiarlos.
Sus pensamientos los han trabado demasiado a menudo en una posición, una posición fraudulenta. Amados, ustedes crean demasiado de lo qué sucede en el mundo. Ustedes se ponen un cartel en sus espaldas que dice Víctima. Ustedes llevan un cartel que dice: "el mundo es injusto. El mundo ha sido malo conmigo. Por su injusticia, me ha sacado algo de mí. No tenía ningún derecho. Protesto, y ahora no me olvidaré .Aquellos que no me trataron bien tendrán que aplacarse antes de que pueda ser feliz otra vez." Y entonces hacen un alboroto. Y entonces tienen un pleito.
Todas sus tentativas y sus charlas con ustedes mismos para reformar a otros y cambiar una situación traen poco alivio. Aún cuando lleven al acusado a la corte- la corte fuera de su mente - y ustedes ganen, el sentido de la vindicación dura poco. El regañar en su mente continúa. Su estribillo se convirtió en: "no pueden hacer eso y salirse con la suya."
Amados, ustedes se confundieron. Ustedes se sujetaron al felpudo. Eran ustedes los que no se querían dejar ir. Ustedes invitaron al sufrimiento. Ustedes le dieron la bienvenida. Alguien les puede haber mentido, robado etc., pero ustedes transformaron este hecho en su propio sufrimiento.
No les va a gustar oír esto, pero es su ego que hace todo este lío. Si no, ustedes se sobrepondrían, cualquiera fuese la causa por la que ustedes se han quedado atrapados. Podrían haber dejado ir al incidente tiempo atrás. Pero así, ustedes le han permitido convertirse un monstruo en su vida que eclipsa su goce y el de los que están alrededor de ustedes. Ustedes han dejado que algo los haga tropezar. Hagan lo que puedan para reparar esta situación. Y entonces terminen con ella.
Se supone que nada debe interferir con sus vidas. Nada es tan importan te que los pueda hacer detener. El movimiento es el nombre del juego de la vida. Ustedes tienen que moverse. Sobrepónganse a este acontecimiento molesto. Ya sucedió. Esto significa que es pasado. No se aferren al pasado, porque el aferrarse al pasado abruma al presente.
Si ustedes sufren actualmente, han hecho una cierta clase de monumento al pasado. Esto es sin excepción. Cuanto peor haya sido el pasado, con más razón tienen que dejarlo ir, o sino entra en su torrente sanguíneo. La cólera se está debilitando, amados. En verdad no se está consolidando. Absuélvanse de la complicidad en este error que fue perpetrado hacia ustedes. Llega un punto en la vida en que ustedes deben encoger simplemente sus hombros e irse. No pueden permanecer en la vida. Permanecer significa sufrir.
¿Qué sentido tiene sostener una ofensa? ¿Ustedes sufrirían realmente para no dejarlo ir?
Perdónese en este momento por cualquier mal que haya habido delante de ustedes. Lo qué otro haga, sin importar la ofensa, no tiene que ser un impedimento en sus vidas. Si ustedes no lo dejan ir, se lo guardan y lo llevan con ustedes. ¿Qué sentido tiene eso?
Lo único que tienen que hacer en esta situación para lograrla es dejarlo ir ahora. Libérese del pasado, del pasado lejano y del reciente. No importa tratar de enderezar el mundo. Alinéense. No se cuelguen fuera para secarse.
Sigan caminando. Una víctima no es un héroe. Un héroe se mueve sin importarle nada, a pesar de todo. Ciertamente no se encadena a la última ofensa.
¿Pueden ustedes imaginarse si José de la capa de muchos colores se hubiese aferrado a su resentimiento? Que él tenía razón de sentirse vengativo no es la cuestión. La cuestión es ir para adelante en la vida y dejar ir al sufrimiento.
Traducción: Copito Paz