Contabilidad de Libros
Heavenletter #5402 Publicada el: 8 de Septiembre de 2015
Dios dijo:
Todos y todo existe dentro de ti. Arrojas una red y traes la red que lanzaste.
Ahora, esto suena muy parecido a: “Como siembras, así cosecharás”. Te pido que dejes de lado el concepto de igualdad de intercambio, ya que, cuando eres generoso y bueno, también puedes ser golpeado mientras alguien más que no es generoso o tan bueno en tus términos puede cosechar una fortuna. Entonces puedes gritar: "Injusto".
Puede que sea injusto, pero la protesta equivale a que te estás ralentizando a ti mismo. Puedes llorar, "Injusto" toda tu vida, y no te llevará a ninguna parte. Entonces tu imagen de ti mismo es de alguien que ha sido tratado injustamente. Esta no es la imagen que quieres llevar contigo. No querrás mantener la imagen de ti mismo como alguien que ha sido pisado o traicionado, ciertamente no por Dios o por la vida o como sea que lo llames.
Recuerda, estás viviendo en un mundo que podría llamarse Tierra de los Cuentos de Hadas. ¿Puede haber una buena historia sin algo fuera de balance? Incluso si todo resulta maravilloso, ¿dónde puede estar la historia si sabes con certeza qué va a pasar?
Las historias en el mundo nunca se extinguirán, y no todas las historias tienen un final feliz. Los temas pueden estar detrás de escena para que los descubras, pero la historia en sí misma debe ser contada, leída o representada en un escenario, en una película o en la televisión - y en la vida.
No estamos hablando de castigo. Estamos hablando a un nivel más sutil. Cuando das alegría, eres el receptor de la alegría en el momento de dar. Cuando das dolor eres el receptor del dolor incluso cuando te consideras victorioso. Eres el receptor final de lo que das, porque este es el nivel en el que estás operando.
Es así: si utilizas un marcador de magia púrpura indeleble para hacer una pintura, parte de la pintura te ensucia las manos de forma indeleble. Tu conciencia es tu conciencia. Tu conciencia sólo puede llegar al punto donde llega. Si realizas un acto atroz, fuiste tú quien lo realizó. Si realizas un acto maravillosamente generoso, fuiste tú quien lo realizó.
Si envenenas a alguien, el castigo significaría que serás envenenado o algún final de tu vida igualmente intenso te visitará a ti o a tus hijos. Así no es como funciona la vida, y no es Mi deseo que funcione de esta manera. Esto es más como revancha o venganza. ¿Cómo saldrías de esta pista estrecha? ¿Cuándo habría un final para ello?
El acto llevado a cabo es la propia retribución.
Piensa en términos de un tiempo del verbo, y este es el tiempo presente. Por lo tanto, ¿cómo puede haber una recompensa o un castigo más tarde? Tu recompensa al otro es tu recompensa. Es instantánea. Dañar al otro te alcanza, ya sea que comprendas que el llamado otro es tu mismo Ser o no
Mira el concepto de castigo en términos de Mi atención. Vamos, ¿crees que Yo me ocuparía de la contabilidad necesaria para cumplir con lo que se llama karma? Tampoco contrataría a alguien para hacer la contabilidad. Tengo mejores pensamientos para pensar y más actos amorosos para realizar. No hagas que el karma sea el chivo expiatorio.
Me gustaría preguntar por qué el castigo puede sonar correcto, deseable e importante para ti. Esto parece escuela primaria o incluso preescolar donde un niño podría decir: "Él me golpeó primero, así que le devolví el golpe".
No diría algo tan jactancioso como: "La venganza es Mía". La venganza no es nada agradable para Mí.
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