Amado, tu deseo de un Godwriting puede ser un deseo para Godwriting como ningún otro. Esto es bastante natural, entiendo. ¿Quién no querría hacer Godwriting fuera de lo común? No hay dos iguales de todos modos. Incluso si has escrito 7.000 episodios de Mis Palabras, algunas te roban el corazón más que otras. El deseo de una maravilla de un Godwriting es comprensible.
Por supuesto, vas a querer que Yo te derribe. Wow, te gustaría que todas las estrellas en el cielo se iluminaran. Puede pasar. Ha ocurrido. Sin embargo, hay una cualidad del Godwriting que no se repetirá así por así. Recibe lo extraordinario, pero no te apegues a lo extraordinario. No es que tengas que tener cuidado con la brillantez. La brillantez está Más Que Bien. ¿Quién no quiere subir a la cima de donde te puede llevar el ascensor?
Hay algunos Godwritings que no pueden ser superados así de fácil. No puedes intervenir. Es la Brillantez misma que escribes. Sumérgete en la habilidad de escuchar y dar la bienvenida a lo que escuchas, excepcionalmente brillante o en el punto máximo de simplicidad o no. De hecho, no entras realmente en el acto de escuchar. Tú escribes y luego descubres lo que vino.
El Godwriting es sutil. No es un concurso, ni siquiera un concurso dentro de ti. Absolutamente, el Godwriting que viene de tus dedos no tiene que calificar como lo mejor de lo mejor. En verdad, no hay tal cosa. Adelante, anhela el Godwrite, pero no anheles superar el mercado. Si quiero lo mejor de lo mejor del Godwriting a través de tus dedos iluminados hoy, lo tendré. Va a aparecer. También será espontáneo para Mí, entiendes. No lo articulo. No me esfuerzo por ello.
No puedes esforzarte por ello más de lo que lo hago Yo. No tienes que tenerlo. El Godwriting se realiza por sí mismo. No puedes empujarlo hacia adelante. Cuando llegue el Godwriting de uno en un millón, no vendrá por tu insistencia. Llegará para tu sorpresa. El Godwriting no puede ser un sombrero viejo. Tiene que ser una sorpresa.
Ninguno de Mis hijos sabe cómo lucirá el amanecer de esta mañana. No pintas el amanecer. Lo descubres. Muchas puestas de sol te deslumbrarán. Las puestas de sol son tuyas para sorprenderte. Tu corazón puede quedar atrapado por el sol en el borde del cielo en su horizonte. Y es lo mismo para la puesta de sol en el evento. No eres un héroe aquí. El brillo de los amaneceres y las puestas de sol no es tu departamento. Ellos son tu descubrimiento.
Nadie más que Dios es un maestro del Godwriting. Lo mejor que puedes hacer como Godwriter es Escucharme sutilmente. Es dejar que las fichas caigan donde caigan.
No exactamente creé la Creación. Deseaba que apareciera la Creación. Entonces vi cómo se veía, y vi que era bueno. No creé personalmente la Tierra pieza por pieza. No trabajé en ello. No dibujé un plano. Me gusta mucho lo que veo. Amo lo que veo y lo tomo en serio. Soy un buen receptor.
De toda la belleza que se dice que Yo creo, te pongo alto. Se puso en marcha un proceso. El amor se puso en movimiento de una vez, no paso a paso. Por supuesto, Yo también amo todo. No es que arbitres el Godwriting. Lo abrazas. Tú no pones el Godwriting en movimiento. El Godwriting vuela a través de tu corazón.
Soy bueno en desear que hagas Godwrite. Tú también eres bueno al ver el Godwriting que se crea a sí mismo como lo hizo la Creación. Veo que la Creación es buena. Tú ves que la creación del Godwriting es bueno en virtud de escuchar. Tú lo sabes. Lo oyes por propia voluntad.
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