Amado, debes saber que hay muchos en el mundo que llorarían de alegría por ser bendecidos con todo lo que tienes en tu vida que puedes dar por sentado, a lo que tal vez no prestes atención ni por lo que consideres ni una sola vez cantar a Mí: "¡Gracias, Dios!"
Amado, no esperes un viaje de culpa de Mí parte. La culpa no es maravillosa. La culpa no te ayuda a digerir tu comida. No te pido que albergues la culpa. La culpa no es tu amiga. La culpa no te sirve a ti ni a nadie. Te pido que disfrutes de tu comida dada por Dios. Sé de buen corazón. Haz el bien, pero absuelve a tu corazón de la culpa impuesta.
¿Te han enseñado durante mucho tiempo a sentirte culpable por la falta de otro? Cuando eras pequeño, tu bien intencionada madre te dijo que limpiaras tu plato porque había niños hambrientos en un país pobre sin alimentos para comer mientras que tu desperdicias alimentos. Es posible que tu madre te haya mostrado cómo llevar esta culpa contigo detrás de la escena. ¿Qué se supone que debías hacer? Si pudieras haber extendido tu pequeña mano lo suficiente, felizmente habrías compartido todo tu plato de comida o más con el niño hambriento igualmente merecedor que estaba fuera de tu vista.
Disfruta de la vida. No es una alegría para ti pensar en la desigualdad de la vida, todo lo que tienes y todo lo que otro niño no tiene. No tomaste comida de la boca de otro. La culpa es una carga, no amor. No, la culpa no es amor. La culpa es una penitencia pesada. Yo no fomento el egoísmo ni fomento la culpa. Ninguno de los dos eleva al mundo. La culpa no viene de la alegría ni del amor, no, no coseches la culpa. Cosecha el sol.
Sí, Amado, la vida no es tan simple. No lleves todos los problemas del mundo. La culpa no es virtud. La culpa es deprimente. Encuentra una manera de encender las estrellas.
Cuando te cargues de culpa, entonces, ¿de qué irresponsabilidad me debes de acusar, a Mí, Dios? - ya sea que conscientemente lo pienses en voz alta o no.
No deseo recordarte aquellos días de tu infancia en los que tu madre bien intencionada pudo haberte abierto los ojos a los niños pobres de Rusia o China. Y, si tu contraparte tuviera la suerte, él se iría a dormir con hambre debajo de un árbol o debajo de un puente. Si él se lamentaba a su madre por algo, sería porque ella estaba ausente. Él no se despertaría lamentando a su madre por despertarlo. Si él lamentaba algo sobre su madre, sería que ella estaba ausente. ¿Qué pasaría si tuvieras que lamentar la falta de una madre en lugar de lamentar la presencia de una madre vigilante?
¿Qué pasaría si no fuera necesario que vigilaras el aumento de peso sino preguntarte dónde puedes encontrar tu próxima masa de pan? No es Mi idea que ninguno de los niños sea considerado responsable de cuándo y dónde nacieron.
¿Qué bien puedes darte a ti mismo o a un mundo del que finalmente te han encontrado culpable? Al mismo tiempo, también hay otra consideración de lo que es Verdad. El pensamiento elevado de que me has escuchado decirte a ti, que eres Yo, que todos somos responsables ante todos de todo, es también verdad.
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