Dios dijo:
Amado, todo en el mundo es relativo. Así es como es el mundo. Una cosa existe contraria a otra cosa. Algo se opone a una cosa u otra, y también, dependiente de otra para la propia existencia. Frío y calor son respectivos el uno del otro. El mundo dice que existe el bien, y existe el mal, y eso es todo. El mundo dice que todo viene en pares opuestos entre sí. No hay una manera de hacerlo, sino dos o más. En lugar de la Unicidad, hay complejidad. Así, el mundo se complica.
El resultado es que Mis hijos buscan soluciones fuera de ellos mismos. En la Unicidad, no hay nada que resolver. En la Unicidad, no hay opuestos que requieran resolución. En la Unicidad, las dificultades no existen porque sólo existe la Unicidad. Nada queda fuera de la Unicidad. La Unicidad está en primer lugar. La Unicidad es amor total. No hay discrepancias. No existe ellos ni existe Nosotros. En la Unicidad, Yo, Dios, sólo puedo asentir Conmigo Mismo. Nosotros somos Uno
El lenguaje se provee fuera de la Unicidad, manteniendo la idea de 2 lados para cada cuestión. En la Unicidad, no hay problemas, simplemente Unicidad.
Siempre que tengas una discusión con alguien, no importa cuán profundo e invasivo pueda parecer el argumento, ni siquiera es un bulto en un tronco donde existe la Unicidad. En la Unicidad, no existen dos lados. La Unicidad es la verdad, y los argumentos dan un falso testimonio para saltar al juego de guiños de duplicidad en el patio de la vida.
En verdad, la dualidad no existe. No puede haber Dos y sólo Uno. Uno es concluyente y lo abarca todo. Dos tiene muchas grietas. Dos es una cubierta de yeso que pretende cubrir la Unicidad como si la vida en el mundo pudiera sólo consistir en un doble problema. Esta no es la verdad. Esto es confusión.
Existe algo mucho más grande que lo que está fuera de ti. Independientemente de los problemas a los que te enfrentes, sin importar cuan ciertos aparenten ser, son una ilusión. Eres engañado, y entonces sigues a un Dios falso llamado ilusión y, por lo tanto, estás desilusionado más veces de las que te atreves a admitir..
Ahora tú, Mi Hijo Unico, estás regresando a la Unicidad donde no existe contradicción. Obviamente, la Unicidad sale victoriosa, incluso si no hay nada que ganar. No hay ninguna razón para tratar de explicar o tratar de probar que la ficción es fiel a la forma. No hay un acto o actuación verdadera en la dualidad. La dualidad es claramente una fabricación, mientras que la verdad es Unicidad. La dualidad no es más que un intelecto errado.
No hay Dualidad para tamizar. La dualidad es un fraude perpetuado. Has sido crédulo y has caído varias veces. Por lo tanto, buscas repetidamente una cura inexistente que sólo puede estar dentro de ti, porque todo lo que realmente existe existe dentro de ti. Ahora reúne tu fuerza para dar a luz la verdad. Ya no juegues a la ficción para poner lana sobre tus ojos. La Unicidad única te suena verdadera ahora.
Pura y simple, la Unicidad es todo lo que existe. El intelecto piensa que es inteligente, pero el intelecto trata con lo que no existe en primer lugar. Lo que queda entonces es el corazón. Comprométete con tu corazón. Dentro del corazón se encuentra toda la verdad y nada más que la verdad. La verdad básica es que fuera de ti no hay nada para encontrar respuestas a algo que pueda afligirte.
Retorna a la verdad. Confía en el Dios interior. Estoy aquí más allá de la superficie, y tú también. La superficie sólo puede ser un juego que juegas, como si la superficie pudiera ser algo más que una capa superior que puede borrarse. Si vas a jugar un juego, sé lo suficientemente consciente como para identificarlo como un juego que juegas.
Escucha a los ángeles mensajeros.
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