Hay muchas formas de ver al muy personal Proceso Silencioso de Godwriting.
Puedes pensar en Godwriting como escuchar canciones de pájaros temprano en la mañana o al caer la noche. La melodía que cantan los pájaros es fácil de aprender. Los pájaros cantan igual. Sin embargo, ustedes, los oyentes al amanecer o al anochecer, pueden elegir versiones ligeramente diferentes de las letras según su momento de Escucha del Alma. ¿Cuáles pueden ser las letras? ¡Aquí vienen las letras! Ellas acompañan la simple dulce canción. Vienen en diferentes colores y tonos de cada Godwriter. No hay un estándar de corrección. Sólo existe lo que llega. Viene como viene, como si se tratara de instrumentos musicales diferentes pero agradables que resuenan como los diferentes colores del arcoiris.
El Godwriting es más como componer música en el sentido de que viene a ti, y luego las letras se transmiten a medida que aparecen. Eres alguien escribiendo lo que viene a ti. Esto es lo que haces. Esto es tu escritura de luz. Este es tu mejor esfuerzo sin tener que ser lo que el mundo llama mejor. No es lo mejor de ti para nada. Lo mejor ni siquiera es una consideración. De ninguna manera estás tratando de hacer tu mejor Godwriting. No es tu Godwriting en primer lugar. Es más como si estuvieras tocando una vieja canción olvidada en las teclas de la máquina de escribir que tocas tan ligeramente.
No estás en trance, sin embargo, se puede afirmar que estás fascinado por la música y por las palabras que parecen surgir de tu simple estar presente, como si la letra surgiera de la niebla o de un largo hueco no utilizado en tu garganta. Estás aclarando tu garganta, por así decirlo. Ejem. Algo abrumador y subestimado parece surgir.
O bien, eres un comprador de seda fina. Caminas por resmas de seda. Tus ojos miran los tonos de colores. Tus dedos sienten ligeramente la sutileza de la seda. Las yemas de tus dedos favorecen la suavidad aquí y allá. Es como si la punta de tus dedos hicieran la valoración de la seda y qué resmas comprarás. Algo tan fino que nunca has tocado antes calma tu corazón. Es casi un no pensamiento, porque no estás pensando. Es más como un recuerdo débil que se anuncia tan silenciosamente, casi como si no estuvieras presente Conmigo en absoluto. Está tan lejos la canción que casi escuchas. Tus dedos eligen. La elección que haces no es exactamente tu elección. Tu elección simplemente surge, tu escuchar viene desde lejos pero tan cerca como tu corazón. Das la bienvenida a las olas de la maravilla. Las olas flotan, por así decirlo. Recoges las palabras mientras tus brazos se extienden hacia arriba a medida que asciendes. No eres consciente de ascender. No estás corriendo tras la ascensión.
Ahora, cuando terminas un interludio particular de Godwriting, no es que desciendes, sino que te nivelas. Por supuesto, te deslizas por la escalera desde una sala de recreación apenas reconocida. Podríamos llamarlo una habitación revitalizadora, una habitación reconocida, una sala para una puesta a punto silenciosa, una habitación en la que desearías poder permanecer inamovible para siempre.
Puede que susurres: "Dios, ¿puedo quedarme aquí para siempre?"
Coloco Mi palma derecha suavemente sobre la parte superior de tu cabeza. Yo digo: "El piano que toca siempre está sonando. Estás escuchando uno de esos pianos de ruedas de antaño. Siempre está encendido en segundo plano ".
A pesar de todos los encantos del mundo, puede que no haya lugar en el que prefieras estar que estar en la sala de recreación Conmigo. Tú estás donde el juicio no entra y donde quieres estar donde la música se reproduce claramente en el fondo al ritmo de tu corazón, al ritmo de tu hermoso corazón.
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