Cuánto deseas poder amar, amar verdaderamente. Amar sin ataduras al amor mismo, el cual sólo puede sobrevivir sin ataduras. Las ataduras son como esposas que atan. Atadura es la necesidad de tener. El Amor no es una posesión. No se compra. Ni se toma. Ni se pierde. El Amor pertenece, pero no es una posesión.
El Amor es como un ave que debe ser libre para poder volar. El Amor es sereno. El Amor viene de un lugar alto que no puede ser encadenado. El Amor, por su naturaleza, debe ser libre para planear. Al Amor no le gusta hacerse pequeño, deshidratado o congelado. Por el contrario, le gusta ser como una ola y ondear tras sí mismo. El Amor debe ser como un ave que vuela alto. Las aves no se capturan unas a otras. Al contrario, están para liberarse unas a otras, con el fin de acompañarse. Ninguna es propiedad de otra. El Amor no puede ser poseído. El Amor no es así.
No se roba el Amor. El Amor de otro corazón debe estar en su propio corazón y no puede ser limitado, incluso, por el ser amado. No debe insistirse en El Amor. Has visto el amor calculado. El amor no fue hecho para jugar con él como en un juego de cartas. No busques ser quien gane el amor, quien captura el amor. No seas quien lo captura o lo aprisiona.
Amor, el verdadero Amor, es algo diferente. El Amor no fue creado para ser ciego. Incluso, un seductor y una sirena del amor se engañan a sí mismos. Todos en el amor, quieren que su amor sea maravilloso y así los ojos de los enamorados pintan figuras ficticias. Cada uno pinta figuras de acuerdo a su ilusión. Las falsas premisas conducen a falsas conclusiones. Entonces, llega la desilusión.
Se cree que es el corazón el que se enamora. Que cupido dispara una flecha sin dirección, empero, es la mente la que cubre tus ojos. El corazón mira a los ojos. Tienes un sueño, y quieres que se realice; así que tu mente realiza algunos remiendos aquí y allí, y proclamas el amor.
El Amor no puede ser una obligación. Ni una deuda. No es algo que poseer. El Amor sólo debe ser. El Amor es mejor cuando se le deja ser lo que es. No se debe ganar el Amor. Ni debe ser asignado. Amar no significa rendirse.
Ah, amar, ser amado, amar sin ataduras, sin exigencias ni premeditación.
Con frecuencia, en el mundo, el amor es un pasatiempo mundial, codiciado, en el cual dejarse enredar; un juego de competición, sí, una competencia de dardos.
Cupido dispara su flecha con los ojos cerrados. El Amor que perdura por siempre debe ser de una visión clara. Sin ilusión, ni una desilusión posterior.
¡Que exista el Amor duradero, sin propiedad! El Amor se pertenece a sí mismo, amor no reglamentado, amor que no vence, pero tampoco pierde.
El amor romántico maduro, tal como frecuentemente se ha visto, posesivo, tumultuoso, aplastante, está decreciendo en el mundo. El Amor surgirá en el corazón de todos. Dar será la orden del día. Dar, sin rendirse, ni regalar, ni permutar, ni comerciar, ni compensar. simplemente un liberador de corazones para cultivar amor, el amor, menos que una especialidad, más que una inclinación, amor nacido y portado en todos los corazones, amor bien gentil, amor establecido como en su territorio natural, amor de un jardín, amor del templo del corazón, amor simple, sin ornamentos ni mandatos.