Se agradable a los demás. No seas tan severo con ellos. Sí, ves sus errores con demasiada facilidad. Es cierto que ellos no ves los suyos. Ellos ven los tuyos.
Uno de tus errores ha sido descartar a los demás como si esto no tuviera consecuencias para ti o para el mundo. No te gustan. En tu mente, puede ocurrir que no puedas tolerarlos, porque te caen mal.
Este es tu error, no de ellos. Eres tú quien les caes mal. Eres tu quien irritas.
Puede que hayas intentado todo lo que sabes para no parecer irritante, y no lo has conseguido.
Tengo una pregunta para ti, irritante. ¿Qué es eso que no puedes dejarlo ir? Si conservas la irritabilidad, es que hay algo que aún conservas en tu corazón. ¿A caso tienes razón? Supongamos que así es. Tienes la razón. Tu percepción es correcta. ¿Tienes que sustentar ante los demás o ante alguien que tu evaluación ha sido correcta? Está bien, ellos son humanos defectuosos, al igual que tú.
Puedes pensar que eres una persona que perdona y, con todo, tu posición respecto a alguien que difícilmente toleras, se ha convertido en algo vital para ti. Querido hijo, así que ¿y qué si tienes razón? ¡Qué pequeño consuelo! Para el día que termina, puede que tengas razón.
Adhiérete a tus propios estándares, amado.
Otra persona es algo, y tú eres otro. Estoy hablándote justo ahora y sobe lo que es mejor para ti. Estoy representándote, a ti y a nadie más. Esa otra persona no es lo que tú quisieras que sea. Tampoco, hasta ahora, has podido ser lo que pueda traer la paz, a ti y a ese otro. Bien, la otra persona no tiene sentido común. Tampoco tiene sentido para ti. Esa persona es todo lo que no toleras bien. Es culpable de ver la vida de una forma diferente a la tuya. No sólo eso, ella piensa que conoce todas las respuestas. ¿No es así?
Pero, tu ego te dice, de una forma o de otra: “que le corten la cabeza”
¿Acaso el castigo se ajusta al crimen? ¿acaso un corazón duro significa más para ti que dejar todo juicio? ¿Qué más existe que debas dejar ir?
Ahora, ¿no comienzas a sentirte culpable?
Vamos al mello del asunto. No sabes como manejar tus sentimientos sobre esa persona. No quieres fingir, tampoco sabes cómo ser honesto con ella.
Algunas veces la vida te trae esas personas para que puedas superar lo que, después de todo, es tu propio juicio.
Amado, la gente no tan brillante como tú también son personas. Ellas no saben que no son tan brillantes como tú. Están casi seguras de que son más inteligentes como tú.
Y así, esa persona puede querer estar bien contigo, y no pareces poder admitirla.
Lo que puedes hacer dejar ir el mal humor que sientes. No tienes que acoger esa persona en tu seno, pero puedes dejar tus objeciones. Por favor recuerda, las objeciones son sólo tuyas. Te pertenecen, a ti; no a esa persona.
La vida ha conspirado, ¿no?
Por un momento, piensa diferente. Ustedes no son compañeros de celda en una prisión. Ni estás aislado con esa persona, día y noche.
Ahora, en contraste, ¿parece aún una gran cosa el hecho de que algunas veces estén en la misma habitación?
¿Quién de ustedes dos es más sombrío, el que el que quiere agradarte, o tú, el amargado?
Vamos, ¿no podrías reírte de ti mismo y de tu pomposidad? Vamos, bájate de tu pedestal. No tiene que gústate lo que no te gusta; pero, ¿no podrías aumentar un poco tu autoestima?