LA OTRA CARA DE LA ENFERMEDAD
Heavenletters™ No 2993: Acercando la Tierra más al Cielo
Febrero 3, 2009
Traducción: Juan Escobar
Edición: Anita Manasse – wayran [at] gmail [dot] com
El CIELO se encuentra aquí para alcanzar a cada alma para volver a despertar.
* Nuestra conexión con Dios*
* Nuestra creencia en nosotros mismos *
* Nuestra consciencia de nuestra valía compartida con Dios*
* Paz en la Tierra *
* Dios siempre nos está acercando a Él.
DIOS DIJO:
La otra cara de la enfermedad es que puedes mejorar.
La otra cara de la enfermedad es que puedes mirarla de muchas maneras. A pesar de lo dura que puede parecer y ser una enfermedad, puedes mirarla como un lenguaje que aún no has aprendido. Puedes mirar a la enfermedad como un amigo que tiene algo que decirte. Tu amiga, la enfermedad, se acerca y puedes mirarla de muchas diferentes maneras. Puedes mirarla como un castigo, el precio que has pagado por haber hecho algo errado, aún cuando no sepas lo que has hecho, y aunque tal vez no hayas hecho nada. Ciertamente, nadie merece la enfermedad.
Puedes mirar a la enfermedad como un gran misterio que ha descendido justamente sobre ti, y no sobre la persona al lado tuyo. Puedes tomar a la enfermedad en forma personal, o puedes mirarla de forma menos personal. Puedes también no hacerle caso a la enfermedad.
¿Proviene la enfermedad de la mente del ser humano? ¿Es creada? ¿Si nadie creería en la enfermedad, existiría esta en el mundo?
¿Si no habría medicinas, habría necesidad de ellas? ¿Si no habría doctores, a quién acudirías?
La enfermedad parecería ser una parte de la vida, sin embargo ¿Dónde está escrito esto?
¿Si no habría necesidad para la enfermedad, existiría esta? Mis amados, esta es una condición del mundo hoy día. Mucha importancia se ha dado a la enfermedad. Se han inclinado ante ella y la han honrado, tal vez en una forma contraria. Se habla de la enfermedad en forma encubierta.
Pueden también mirar la edad de varias formas. Solían ser jóvenes, y ahora los años parecen pesar mucho. No saben si quieren vivir en un cuerpo devastado por el tiempo. Ustedes se desmoronan con el pensamiento de envejecer y por lo que el futuro pueda traer, y sin embrago no es fácil el dejar el cuerpo aun si uno está seguro que así lo desea.
Hay poca familia y amigos que te quedan. Tienes más amigos al otro lado que los que tienes sobre la tierra. Aparte de tu juventud, mucho ha sucedido sin ti, y tú te has quedado atrás.
La juventud era un regalo, y ahora también la vejez lo es. Mis amados, la juventud y la vejez son dos caras de la misma moneda. Tu veías por un lado del telescopio y ahora vez a través del otro.
Caminaste a través de un ojo de una cerradura y ahora estás al otro lado. Toda la vida es un descubrimiento.
Todo en la niñez se trata de un descubrimiento. Los bebés ponen todo en sus bocas. Es muy bueno ser un bebé cuando lo eres.
Es bueno ser un joven cuando lo eres, y es bueno ser de todas las edades en las que están los seres humanos cuando allí es donde están.
En tanto que tengas miedo, cada etapa de tu vida está llena de peligro.
El sentido común es una cosa. El miedo es otra. Puedes poner atención, cuidarte, y no tener miedo. Puedes cuidarte y olvidarte del miedo. Puedes dar amor en cada momento. Tienes una gran amplitud de opciones.
Cualquier cosa que esté sucediendo, puedes sustituir el amor por el miedo. El miedo es un hábito. No es la verdad. Oh, puede ser un hecho que conozcas íntimamente al miedo, sin embargo el miedo y todo aquello de lo que tienes temor son ilusiones. Tú temes la pérdida. En vez de ello, confía en el crecimiento, en la ganancia.
En la vida solamente puedes ganar. Siempre estás ganando experiencia, y siempre tienes la opción de hacer algo de la experiencia que has ganado. No hay causas perdidas, mis amados. Tengan amor en vez de causas. Den amor en vez de cualquier otra cosa. Dense amor a ustedes mismos bajo toda circunstancia. ¿Van a hacer esto, por favor?
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Gloria Wendroff, Escritora de Dios
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