Saben que, amados, ustedes quieren tener sueños que lleguen más lejos que ustedes mismos. Quieren tener deseos que vayan más allá de los suyos propios. El ser humano no vive solo de pan, y tampoco vive solamente para si mimo.
Sean de provecho para ustedes mismos, desde luego, y tengan en cuenta a otros también.
¿Qué están ofreciendo? Suficiente es acaso para ustedes cuidar de sus propias necesidades y de-seos. Cuando han sido bendecidos, es de su incumbencia bendecir a otros. Piensen en otros ama-dos, y encuentren una vía que facilite su acción de dar. Ayuden a viudas y huérfanos. Den sus co-razones y den sus riquezas. Se les ha dado para que ustedes den.
Incluso si ustedes son pobres, serán menos pobres cuando den. Pero den sin razón alguna para dar.
Ustedes no son unos aprovechados que se encuentran sobre la Tierra. Cuando ustedes arrancan una manzana de un árbol, cómansela con apetito, y asegúrense que dejan caer las semillas para que regeneren la exhuberancia de la Tierra.
Cuando tengan un dólar, denle una parte a aquél cuyo corazón necesite un impulso del suyo.
Si ustedes tienen diez hijos y tienen todo lo que pueden abarcar, hay un onceavo niño en alguna parte que requiere algo de ustedes. Hagan espacio en sus corazones. Todos los niños sobre la Tie-rra son Míos. ¿Acaso no son entonces suyos?.
Entienden entonces bien que deben dar.
Ustedes expanden sus horizontes al dar.
Den más que dinero. Pero si dinero es todo lo que pueden dar, entonces, den eso..
Den de vuelta al universo, amados.
Den de vuelta a la mano que les alimenta.
Yo soy un donante, y es de su incumbencia el seguir Mis pisadas.
Dar no es como pagar impuestos. Den porque es lo que han de hacer. Den sin que se les pida, pero den.
No es bueno para ustedes pensar solamente en sus necesidades, piensen en las de otros también.
No tienen que ser desinteresados; aún así, no deben ser egoístas. Yo estoy hablando de sus pen-samientos y también de sus acciones. Den con sus corazones y no solo con sus manos.
Construyan castillos de arena. Construyan una hermosa casa para ustedes. Ustedes se la han ga-nado. Piensen en ayudar a alguien más para que también tenga una casa. Nadie ha de estar sin hogar.
No piensen que ustedes sacrifican por dar, Ustedes ganan al dar, Es importante que den.
No se sientan superiores por tener más, y porque alguien tenga menos. No piensen que se mere-cen menos. No piensen que ustedes se merecen más, y estén felices de compartir. Sea cual sea al nivel que compartan, ustedes se elevan a si mismos al Cielo,.Al menos, concédanle un pensamien-to a alguien más, se trata de su hermano.
Denme, denme, quedó obsoleto hace mucho tiempo. No se sirvan solo a si mismos. Sírvanse bien, y sirvan a otros también.
Ustedes son una comunidad de amor, y eso significa que ustedes dan, y no es Su obligación dar; es su bendición el dar.
Si se les ha dado, se les ha dado para que pudieran dar.
Den anónimamente cuando puedan para que su ego quede fuera de ello. Sorprendan a alguien con un regalo maravilloso. Todos los regalos son de Mi parte. Cualquier regalo que ustedes reciben es de Dios, y cualquier regalo que den es de Dios, Yo soy el Donante, y Yo soy el Receptor.
Den sin expectativas. Dar es asunto suyo y no lo es esperar algo de alguien.. Den porque es mara-villoso dar, aligerará sus corazones. Den, no hasta que duela, sino hasta que se sientan bien haciéndolo