UNA ESTRELLA DANZANTE EN EL CIELO – 25 de junio de 2006
Heavenletters™ Nº 2059: Acercando la Tierra más al Cielo
Traducción: María-luz Martín
lzmartin [at] hotmail [dot] com
Edición: Anita Manasse
estrellam [at] sion [dot] com
El CIELO está aquí para alcanzar a cada alma en la Tierra con el propósito de despertar:
* Nuestra conexión con Dios*
* Nuestra confianza en nosotros mismos *
* Nuestro conocimiento de ser merecedores por igual ante los ojos de Dios.*
* Paz en la Tierra*
Dios siempre nos está acercando a Él.
DIOS DIJO:
Hay momentos en los que ustedes son conscientes de abarcar todo el universo. Hay momentos en los que llenan el universo por completo; sienten que el mundo se ajusta perfectamente a ustedes, y a su vez, es contenido ahí. Existen momentos en los que no hay silla para que ustedes se sienten, ni sala que ustedes ocupen; sino mejor dicho, todo el universo se encuentra contenido dentro de ustedes. Hay momentos en los que reconocen Nuestra Unidad.
Cuando alguien les pregunte en que estado viven ustedes, ya no digan más Connecticut y digan Unidad. Ese es en realidad el estado en el que viven, aunque ustedes, a menudo, no estén al tanto de ello. Imagínense si ustedes fuesen siempre conscientes de ello. Su verdadera condición es Unidad, su verdadera ubicación es el Cielo. El Cielo es Unidad; Unidad de tonos.
Ni si quiera consideren por un momento que la Unidad es poco interesante, no hay nada que pueda asemejarse; es la nota más bella jamás tocada, y hace que suenen las cuerdas de la guitarra del corazón del mundo. Perdidos entre una música magnifica, ustedes se acaban encontrando. Ustedes, en la Tierra, han estado en un estado de delirio, en parte. Ustedes van a cambiar de compás ahora, y lo van a posicionar en la Unidad.
Miren ahora hacia arriba, tienen dos manos con las que sostener el universo. Tienen dos ojos para verlo, dos oídos para oírlo, una boca para hablar, y un corazón para tocar música con el. Considérense a ustedes mismos el violín. ¡Que acorde se esta tocando! Ustedes se pierden en la música para servir de instrumentos. Sus corazones son el arco que hace que suene su música al tocarse a sí mismos, y acceder así al Cielo entero; las estrellas son su acompañamiento, la luna pone sus ojos en blanco por el gozo, y el sol brilla sin barreras.
Ustedes están vivos en la Tierra. La tierra bendice sus pies que caminan sobre ella. La tierra esta viva y se conforta con su caricia; le gusta que se haga uso de ella. Ella es un globo de amor palpitante. ¿Ustedes nunca pensaron que la Tierra estaba inerte, verdad?
Tienen ahí la Tierra para bailar sobre ella: No queda más que decir. La Tierra se ofrece a ustedes, y ustedes juegan con ella. Madre Tierra no es un nombre inapropiado; ustedes aterrizaron sobre ella, llegaron volando desde el Cielo a la Tierra, la Tierra les acogió, y ahora, están aquí en la Tierra. Están fascinados con ella; están hipnotizados por ella, brincan sobre ella. Ustedes son una estrella del Cielo danzante que se encuentra sobre la Tierra, girando sobre una pierna.
En la Tierra, existe la preocupación de que ustedes tienen que estar involucrados en algo, entonces encuentran esto y aquello, y se meten en fechorías. En todo momento su tema es Amor. Ustedes se están enterando de ello ahora, y se van a enterar. Su amor será conocido; no le den demasiada importancia a lo que hagan, a menos que sea amor. El amor es su medio; han estado a la caza del amor, cuando todo el tiempo ustedes eran el amor que buscaban. En el juego de la vida, ustedes juegan al escondite. El amor es lo que juegan a pillar y que ha estado persiguiéndoles. Han estado mirando en los lugares erróneos, aunque no existe ningún lugar donde no haya amor.
La llave del amor está guardada en sus propios corazones. Abran, abran su rebelde corazón. Abran las compuertas de par en par con gran impulso y sin reparos; échenlas a un lado. De todas formas, ¿Qué pinta unos corazones como los suyos con compuertas y con toda esa parafernalia? Sus corazones no son una escombrera. Sus corazones son la entrada al universo, deben ir allí a través de sus corazones; no existe ninguna otra manera. Ustedes están allí en estos momentos. Hablen de amor con su corazón; no malgasten ni un minuto más. Abran sus corazones de par en par.
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Gloria Wendroff, Supervisora
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