Heavenletters™, Heavenletters™, acercando la Tierra al Cielo.
El Cielo está para llegar a cada alma en la tierra por renacer:
* Nuestra conexión con Dios *
* Nuestra creencia en nosotros mismos *
* Nuestra conciencia de nuestro servicio prestado a Dios *
* La paz en la Tierra *
Dios siempre nos acerca a él.
HEAVEN #2544 Dios y el Mundo, Noviembre 12, 2007
Dios dijo:
Ustedes no abandonan a nadie cuando Me ponen antes que nada. Quién fue antes que Cristo, Buda y Mahoma si no Yo? Cierto que ellos ni otros lo fueron y aún así vivieron y sirvieron al mundo. Fueron devotos al mundo y aún así fueron devotos a Mí primero y sobre todo. Ellos sabían de dónde provenía su poder y bondad. Sabían que la forma de servir al mundo era sirviendo a algo más elevado que el mundo. El anteponerme a Mí es como poner un mantel en la mesa antes de colocar la vajilla.
Claro que los Grandes fueron más allá de lo pensado. No había nada qué pensar. Estuvieron Conmigo y con sus hermanos al mismo tiempo. Lo que quiero decir es que sabían la importancia que Yo tenía al servir a la humanidad, pero esto no significaba excluir su hermandad. Ellos sabían que Yo Soy de donde proviene su habilidad para servir a sus hermanos; no puede venir de ningún otro lugar.
Los Grandes cuidaban al prójimo tanto como a Mí, ellos conocían la Unidad. No estaban obligados a amar por igual, simplemente amaban. Nunca estaban sin el amor. A dondequiera que miraban, amaban y aún su conexión Conmigo estaba sobre todas las cosas. Yo era sus ojos y oídos. Tan grande fue su visión que ellos y Yo – Dios – no podíamos ser Uno sin que todos lo fuéramos. Conocían la Unidad, se convirtieron en la Unidad. Ellos se levantaron y se transformaron en Ella y ya no hubo nadie que fuera menos. El egoísmo y el desinterés ya no existían.
Los Grandes vieron al prójimo pero no se consumieron con él. Ellos se consumieron Conmigo, lo que significa no estar consumido del todo. Estaban llenos de Mí, y así sirvieron generosamente. Ellos no antepusieron al prójimo primero que a Mi. Su mirada estaba en el Dios en lo Alto, y así sirvieron. A dondequiera que miraban, ahí estaba Yo. Permitan que dondequiera que ustedes miren, me vean a Mí y sepan que YO SOY.
Tan brillante es Mi luz que todo lo rodea. Los rodea a ustedes.
Todos los Grandes fueron humildes porque sabían de Quién era la luz que irradiaban y sobre Quién la hacían brillar. Los Grandes fueron los sencillos de los sencillos, pues qué hay más sencillo que la Unidad? Cada aliento que tomaban era Mío. Cada pensamiento que tenían era Mío, no extraído pero Mío corriendo con suavidad. No había baches en su camino hacia la Unidad. Ellos lo sabían en sus huesos, en sus corazones, en sus mentes. Su conciencia se unió a la Mía, fue Una con Mi conciencia. Podemos decir que reflejó a la Mía pero no hay espejo con la Unidad…hay Luz.
En lo que respecta a ustedes, amados, la Unidad ya es suya. Nunca ha sido de otra manera, sólo que su conciencia de Ella ha estado durmiendo. Su conciencia de la Unidad estaba en otra parte, atenta a otra cosa, perdida en algo más. En realidad no estaba perdida, por supuesto, pero en ese momento sí lo estaba de su conciencia. Es como si hubieran estado en un largo sueño del cual están despertando. No son ustedes la Bella Durmiente? Claro que sí…ustedes son Mi belleza durmiente. Tienen que admitir que han estado durmiendo al volante.
Lo bueno de estar dormido es que se puede despertar, es lo que ustedes están haciendo ahora. Están medio despiertos. Con un bostezo o dos estarán completamente despiertos y luego cantarán bajo la regadera y sabrán que la canción que cantan es Mía, que ustedes son Míos, que todos Me pertenecen y que la Unidad es Una sola.