Dios dijo:
No hay muerte, y no hay nacimiento. Estos no existen realmente porque nunca eres inexistente. En la Tierra, no hay nada más que la apariencia. Podrías llamarte a ti mismo una crisálida. En la Tierra, intercambias disfraces. Hoy usas un atuendo, y mañana otro. Los atuendos son intercambiables. Hoy te pones rosa, mañana amarillo, verde, azul o gris. Infinitos son los colores que usas. Infinito eres tú.
¿Inexistente? Nunca.
Te manifiestas de varias maneras. Así como tus sueños en la noche cambian o incluso desaparecen, eres, sin embargo, el Soñador que sueña o que tuvo un sueño, y luego tu sueño se fue y luego vuelven los sueños nuevos y viejos, y regresas a ellos. Tarde o temprano, todos los sueños se hacen realidad en algún lugar de alguna manera.
Sólo en la Tierra hay un entonces o un ahora, mientras que lo Eterno es es algo completamente distinto.
Un día, bailas una polca. Otro día, bailas un vals. Al mismo tiempo, un baile es un baile.
Hoy tarareas esta canción, y mañana otra. Infinitas son las melodías. Increíble, ¿no es cierto, que sólo existen tantas notas para tocar, sin embargo, sus melodías y combinaciones no tienen fin? Cuántos sonidos hay y cuán infinitas son las combinaciones y los idiomas que surgen de las notas siempre disponibles.
Hay Silencio, y hay ruido. Cuando eres sordo, ¿aún existen sonidos? Cuando eres ciego, ¿los colores todavía existen? ¿Hay un final para las historias? No, en el mundo, siempre hay historias nuevas, y formas parte de todas las historias, incluso cuando no las conoces todas, y la Vida es más que en una Miríada de Historias.
Y cuando hay un resultado aparente, ese no es el final de la historia. No hay último aliento tomado. Estás en marcha. No fuiste y siempre serás. Siempre estás en una forma cambiante u otra. Eres un espejismo y eres un camaleón.
Como Ser humano, no sabes dónde has estado ni dónde estás ahora. Ahí es donde crees que estás ahora y, sin embargo, es muy probable que estés en más de un lugar y tengas más de un nombre. De hecho, puede ser el último en saberlo, tan ajeno a lo que puedas ser. En realidad, no hay tal vez acerca de esto de una manera u otra. Has sido bastante inconsciente incluso cuando a veces te gusta pensar que sabes más que todos.
Puedes esconderte debajo de un hongo y, al mismo tiempo, puedes ser el Rey de la Montaña. Eres de hecho un Cambiador de Forma.
Ya sabes que puedes atravesar el calor y el frio.
No importa lo que supongas, siempre existes. Eres probado y verdadero. Todo lo demás es subterfugio. Claro, puedes subir y bajar por un sendero en el jardín. Disimulas.
Claro, desempeñas todos los papeles o roles. Te los pones a ver si te sirven. Los embelleces. Te dices a ti mismo la Verdad, y también bailas alrededor de la Verdad y entornas los ojos.
¿Qué diferencia hace? Hace toda la diferencia en el mundo, incluso mientras no hace ninguna diferencia en absoluto.
Más allá de la tierra sabes, estás brillando con brillantes colores. No estás avergonzado en lo absoluto. Llegará el día en que te reconozcas a ti mismo, y cuán recto te pararás y cómo te reirás, y cómo llorarás con Alegría y no importará todos los desvíos. A la hora de la verdad, todo esto habrá valido la pena.
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