Dios dijo:
Hoy Yo te miro a los ojos. ¿Sientes esto cuando te lo recuerdo? Yo sostengo tu cabeza entre Mis dos manos, y miro con cariño hacia el interior de tus radiantes dos ojos. Mira a Mis ojos. Verás la gran profundidad de los tuyos. Verás hacia piscinas que parecen océanos de amor, o mirarás hacia la Deslumbrante Luz del Sol. Hay un flujo suave entre Nosotros. Lo que sea que puedas pensar o sentir en un momento dado, hay un bonito intercambio entre Nosotros. Observas Nuestro compromiso sobre todo cuando has mirado a otro lugar y luego regresas. Vislumbras un contraste. Nunca dejaste la luz de Mis ojos. Tienes cierta conciencia de que es imposible para los ojos mirar hacia cualquier lugar que no sean los Míos, y los Míos hacia los tuyos. Estamos totalmente, completamente, continuamente, siempre, sin cesar mirando el tesoro escondido de Nuestro Amor mezclado y reflejado profundamente en los ojos del otro. No hay nada más que mirar. Somos todo lo que existe.
Como Nuestros ojos están fijos los unos de los otros, Nosotros miramos hacia el Infinito y la Unidad del Amor que albergamos dentro de Nosotros.
Otra manera de ver esto es que no importa hacia los ojos de quien mires, estás mirando los Míos. No hay otro lugar al cual mirar.
Incluso podemos llevar esto más lejos. No hay otros ojos en los cuales puedas mirar que no sean Míos. Esta es la Suma Total de la Existencia en la que vives. No hay otro lugar qué buscar. Por supuesto, vives en un sueño en el cual muchos otros lugares y ojos se dibujan con un marcador mágico, y así entonces miras los dibujos como si fueran reales. Lo físico simplemente no es verdad. Es una representación, y Nosotros estamos en esa representación también, sin embargo, Nosotros somos mucho más que simples representaciones de la Unidad – Nosotros SOMOS la Unidad.
En este mundo que crees que vives, por suerte, el Sol y las Estrellas y la Luna brillan su luz y reflejan la Nuestra. ¿No sabías, Ojos Brillantes, que eres la Luz del Mundo?
No hay otra luz, sólo la Mía, y tú eres Mi Luz tan Radiante como el Sol. En la medida en que reflejes Mi Luz, eres Mi Luz. No hay nada más por lo cual deban ser reconocidos, pues ustedes, queridos, no importa lo que puedan pensar que atraviesen o no, son la Luz de Mis Ojos.
Yo te he dicho la Verdad, y Me escuchas sólo tanto como Me escuchas, de lo contrario no estarías flotando en el mundo y no conocerías el miedo y la incertidumbre. Me pides Luz que ya eres. Me pides que te proteja, y sin embargo no hay nada de lo que protegerte. Me pides que cuide de ti cuando ya tienes toda Mi ayuda. Lo que necesitan, amados, son los ojos para ver, y que el corazón lata, y amor que dar para el mundo, así como das leche a una mascota querida.
Me pides que te tenga en Mis brazos. ¿Dónde más crees que puedes estar, sino en Mis brazos?
Me pides que te dé la capacidad plena de amar como Yo amo. ¿Qué otra cosa he estado haciendo Yo, sino dándote Mi amor?
Me pides que le dé al mundo libertad del miedo y el egoísmo. Te dejo esto a ti. Te di toda la libertad, incluida la libertad de eliminar las imperfecciones del mundo. Retira la astilla de tu propio ojo. Esto es todo lo que queda para que tú hagas. Guarda tus espadas de juguete. Trae la Paz. Saluda alegría. Lleva al mundo en tu corazón y muéstrale al mundo cómo luce una vida Iluminada. Se parece a ti, y se parece a Mí, simplemente como Nosotros somos, en el Cielo y en la Tierra.