Dios dijo:
Abre tu corazón a Mí, y qué felices seremos Nosotros. Ten una política de puertas abiertas Conmigo. No hay barreras entre nosotros. Las únicas barreras que posiblemente pueden ser concebidas entre Nosotros son imaginarias, y Yo ni siquiera puedo imaginar. Eres bueno para imaginar, sin embargo, para cualquier propósito o ningún propósito en absoluto. Ciertamente los límites entre Nosotros no sirven para ningún propósito o servicio deseado. ¿Quién iba a querer mantenernos separados, inclusive por un momento o una pulgada?
Y por qué razón Terrenal lo harías? Ha habido muchas historias acerca de Mí, y así, presumiblemente, por cuestión de seguridad, pones una cláusula de escape entre Nosotros.
¿Qué te parece si saltas por encima de cualquier barrera que imaginas entre Nosotros? Derríbala. No hay valor en evitarMe. Además, cualquier cortina que pones tiene agujeros en ella y no funciona, en primer lugar. En segundo lugar, nada puede funcionar para separarNos. Deja ir tus vacilantes miedos y acércate y reconoce la Suprema Unidad que Somos, con o sin tu permiso. Necesitas tu permiso, sólo para que te digas a ti mismo que estás en condiciones de hablar Conmigo.
Y si no quieres hablar, el Silencio funciona bien también. Empápate de Mi amor mientras Yo te hablo del amor. Tu corazón sí que va a comenzar a vibrar!. Cuando todo está dicho y hecho, ningún corazón puede resistirse a Mí, así que ¿qué locura es esta? Debe ser la locura de la separación y un poco de sensación de control a la cual te gusta aferrarte por si acaso. Sólo en caso de ego, Yo supongo.
En Verdad, el ego no tiene nada que ver con ustedes, amados. Nada en absoluto. Ese es el Guasón con el ego. Tú no tienes ego. ¡El ego te tiene a ti! El ego, un extraño, un intruso que cree que puede ser una reja que te mantiene lejos de su Fuente Misma. Amados, retiren a ese ego intruso, y Nosotros somos Uno. No estamos opuestos el uno al otro por lo menos. Estamos dentro del corazón de cada uno, y aquí es exactamente donde Nosotros pertenecemos y nos gusta estar.
En Nuestro Corazón de Corazones, la Unidad es un hecho de la vida. La Unidad no es de cualquier persuasión. Simplemente es lo que es, y Nos encanta la Unidad. No existe división entre Nosotros. Sólo hay Uno, y aquí es donde se cumplen todos los deseos. Desde el primer instante de Nuestra Unidad Constante, no hay mucho más, en todo caso, qué desear, pues, por supuesto, en Nuestra Unidad no hay nada perdido a menos que te refieras a que ese ego harapiento se ha perdido. El ego desaparece como una gota de lluvia, y todo lo que queda es la Unidad. Somos Uno, y Somos inevitablemente Uno, sin importar lo que el ego puede hacer de ello.
¿Qué preocupaciones tienes cuando reconoces la Unidad? No tienes que preocuparse. No entran las preocupaciones. No hay preocupaciones, grandes o pequeñas. No hay trastornos. No hay perturbaciones por dos opciones. No hay tumultos. Nadie que no sea Uno. Nadie que no viva en la Unicidad del Amor. Nadie fuera del Amor. Nadie mirando a través de la ventana de la tienda de dulces y que no sepa cómo entrar y sólo ve a través de un cristal y sólo se imagina lo que debe sentirse estar realizado.
La realización es la Paz. Realizarse significa no buscar la Paz, el Amor, la Inmensidad sino una aceptación de la Paz, el Amor, la Inmensidad; una bienvenida a ello y la comprensión de que no hay otro lugar al cual ir, porque tú ya estás aquí en Mi corazón, y nadie, nada puede sacar a la Unidad fuera de la Unidad.
Nunca has dejado Mi corazón. Aun así, Yo digo por consideración al lenguaje, regresa de nuevo aquí. ¡Pronto! Ven, reclínate en una hamaca Conmigo, y por siempre Uno sabrás que eres, Uno Conmigo y con el Universo Completo y aquí Nosotros (Yo) estamos.
No existe Fuera de Nuestra Unidad. La Exterioridad no existe. Es un espejismo. Es una falsificación. Es el Traje Nuevo del Emperador.