Dios dijo
Cada uno es su propia autoridad. Tú eres tu propia autoridad. Esto no quiere decir que tú seas una autoridad sobre lo que los demás hacen, piensan o dicen. Incluso lo que tú crees que pueda ser bueno para ti respecto al dinero en un preciso momento, mañana podrías cambiar de idea. O si no cambias de idea, la vida de alguna manera te hará cambiar de idea. Incluso sobre algo tan pequeño como un detergente para platos, un día puedes estar seguro de que este es el mejor de todos. Pero el mes siguiente puedes declarar que es otro el mejor de todos. Y ahora que estamos en esto, ¿quién eres tú para decirles a los otros que pensamientos tuyos deben tener?
En lo que a Mí concierne, deja de hacer afirmaciones absolutas. Di para ti mismo lo que quieras, pero no quieras imponerte tanto a los otros. Si estás seguro de algo respecto a Mí, no tiene que ser tan importante para ti, como para que los demás conozcan la historia tan íntimamente como tú. No eres un pregonero. Incluso si estás absolutamente en lo cierto –puedes estarlo o puede que no - no tienes por qué declarar que tus descubrimientos son tan esenciales para que todo el mundo los conozca y crea en ellos. Tus descubrimientos son sólo tuyos.
Nadie tiene que ostentar su experiencia. No tienes que asegurar lo que crees como si fuese la absoluta verdad. No tienes que montarte sobre un cajón de madera a predicar. Una cosa es vivir tu Verdad. Abstente de la idea de que tú tienes la última palabra. Aunque sepas más que los demás, aun así amado, no lo sabes todo.
El Amor está donde tú estás. El Amor no es algo sobre lo que puedas declararte un experto. Y algunas veces se expresa mejor el amor guardando silencio. Nadie tiene que adherirse a tu punto de vista. Aunque poseas el conocimiento supremo, recuerda que la humildad da más categoría. La Humildad te eleva sobre las diferentes verdades proclamadas en el mundo. Cree lo que quieras creer. Tu forma de ver las cosas no es algo que deba forzar a los demás. Nadie tiene que creer lo que tú crees. Nadie tiene que comprender lo que crees. Ni si quiera tú tienes que hacerlo.
Es mejor no establecerte sobre los demás. Puedes creer en eso. El mundo puede creerlo, con todo, cada uno tiene derecho a su propia percepción del mundo y sobre Mí.
¿Por qué te preocupas tanto por lo que alguien más sabe o no sabe? Permítele a cada uno la libertad de recibir su propio conocimiento. Amado, sé consciente de que puedes tomarte demasiado en serio.
No eres un policía que dirija el tráfico del pensamiento. Permite que los pensamientos de las personas sigan su propio curso. Bien, permite que otras personas te observen y que quieran ser como tú. Sin embargo, camina humildemente, con la cabeza descubierta y los pies descalzos. No compongas odas sobre tus pensamientos. No busques seguidores. ¿Qué estás vendiendo? Todos los pensamientos están en juego, pero, sin ofenderte, nadie tiene que escucharte.
En general, lo que piensas y lo que dices es arbitrario. Puedes ser vehemente sobre sobre lo que piensas y lo que dices. Eso está bien y es bueno. Sin embargo, todos tienen la libertad de descubrir por sí mismos. La palabra predicar algunas veces tiene la connotación de un fuerte golpe. Pero también puede ser una suave y humilde prédica. En general, la gente no quiere que se les predique, a menos que toquen a tu puerta y lo pidan.
Cada hombre tiene jurisdicción sobre sí mismo. Él necesita descubrir por sí mismo. No tiene que saber todo lo que tú sabes. Él tiene que encontrar su propia conexión con Dios y con la Verdad. ¿Serías tan amable de confiar en los demás, así como confías en ti mismo?
Traducido por: Jhrendon
Enlace original: http://heavenletters.org/believe-as-you-believe-and-allow-others-the-sam...