Carta del Cielo #2297 Abarcar el Universo Marzo 10, 2007
Dios Dijo:
Qué bella es la vida cuando amas. Eso es suficiente, sólo amar, irradiarlo, dejarlo ir, elevarse, abarcar el Universo. Aún así, cuando das amor, ya ha regresado a ti. Está hecho. El amor que das inevitablemente regresa a ti y, sí, mil veces multiplicado. Puedes protestar que ese no es el caso contigo, pero esperen amados, esperen. Todo el amor que han dado está dándose vuelta de regreso a ustedes, y los alcanzará.
La anticipación por el regreso del amor que han dado no es razón para dar amor. Den amor inocentemente. Dénlo por el gozo mismo. En última instancia, es para su propio corazón que lo dan. Den solamente de acuerdo a su gozo. Dar por un sentido de obligación es envolver al otro con ataduras. De ninguna manera el amor debe ser un sacrificio. El sacrificio disminuye a aquél por quien se sacrifican, y les disminuye a ustedes. Pueden pensar que los eleva a un alto nivel, pero el sacrificio —un sentido de sacrificio— no es sagrado. No es santo.
Amar es un privilegio. Es natural, y aún así es un privilegio. Eso que llamas sacrificio no es amor. El ego te dirá que el sacrificio es amor, pero el ego no sabe de qué está hablando. El ego no tiene que saber, tampoco le importa lo que te dice. Pero a ti sí te importa, amado, y a mí también. Nos importa con todo Nuestro corazón. De nuestro corazón viene el interés en el bienestar de otro. Su bienestar es el mismo que el Nuestro. Esto no es un sacrificio.
La madre que cuida a su bebé, no lo haría de otra forma. Ella sabe que es privilegiada por tener ese bebé, privilegiada por ser la madre de ese bebé. Talvez no ame tener que levantarse en medio de la noche, sin embargo, es más lo que ama dar socorro a su bebé. Es una respuesta automática a las necesidades del bebé que necesita su cuidado. El bebé ya ama a su madre. El bebé, recién venido del cielo, vino al mundo con gran amor. Cuidar a tu bebé te trae de vuelta al Cielo. Agita el Cielo en ti.
Recibir amor es un gran regalo, pero no debes recibir amor como un sacrificio, más de lo que debes darlo como un sacrificio. Cuando hay sacrificio, hay obligación. Ni tú ni nadie están obligados. La obligación no viene del mismo lugar que el amor. Cumplir un sentido de obligación podrá sentirse virtuoso. He notado, sin embargo, que generalmente la obligación no funciona bien. La obligación te lleva a ti y a otro de una correa.
Ahora, el amor puede ser compromiso, pero el compromiso no es obligación. El compromiso es compromiso. Cuando estás comprometido con algo, es tu opción, y lo haces amablemente. Hacerlo sin voluntad es una ofensa. Hacerlo desde el compromiso de la buena disposición es otra historia. Lo que haces es lo que haces. Cómo lo ves, hace toda la diferencia en el mundo.
Nunca des a regañadientes. No arrastres los pies. Sé feliz de dar cuando sea tuyo dar. Sé feliz de dar lo que está en ti dar. Da desde la plenitud del corazón. Cualquier otra cosa, es tomar, no dar. Cuando das por obligación, le quitas al otro su sensación de libertad, y lo haces estar en deuda contigo. ¿Sientes la diferencia en tu corazón? Hazlo desde el amor. Hacerlo desde el amor es lo mismo que hacer Mi Voluntad, amados.
Traducción: Margarita
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