Heavenletter #4472 En Esta Eternidad del Cielo.
Dios dijo
Bien, querido/a hijo/a Mío/a ¿qué estás pensando hoy? ¿Dónde está tu corazón y donde tu mente? ¿En qué piensas? ¿Qué miríada de cosas cruzan por tu mente?
Tu corazón y tu mente con frecuencia están uno junto a la otra. Cuando piensas en cuentas, por ejemplo, tu corazón puede abatirse. Y cuando piensas en Mí, tu corazón puede elevarse. En el Cielo, no existe nada que pueda abatir tu corazón. En el Cielo, sólo existe el canto del corazón.
De la misma forma en el Cielo, en esta Eternidad del Cielo, ni siquiera se piensa en la muerte, y con todo, se dice que los ángeles te saludan cuando dejas tu cuerpo y vienes aquí, corazón y mente juntos. Los ángeles sí te saludan, pero es más como: “nos alegramos de verte ¿dónde has estado?
Por su puesto, para ellos, te habías ido sólo por un momento. No realmente ido, pues los ángeles tienen un ojo puesto en ti.
Existen los llamados ángeles guardianes de quienes se dice que van a la Tierra contigo. Su atención está puesta sobre ti. En ese sentido, ellos han estado siguiéndote. Han estado deseándote bondad y misericordia, y urgiéndote a continuar. En lugar de llamar a estos atentos ángeles los guardianes, llamémosles Ángeles Guías. La palabra guardián implica la existencia de un peligro sobre el que tener cuidado. Yo preferiría que dejaras este modo de pensar.
Sí, por supuesto, los ángeles y Yo queremos conducirte a los verdes pastos; pero, la Verdad es que no importa qué, no importa cómo puedas titubear y vacilar, terminarás a tus pies. Y aun así, quien puede decir, amado, que cada acción que tomaste, sin importar los juicios del mundo, no haya sido la correcta para ti en un tiempo y lugar particular en la Tierra. Aquél o aquella que la Tierra pueda llamar a un gran pecador o pecadora, puede ser un gran santo o una gran santa. ¿Quién sabe realmente? ¿Quién en la Tierra lo saber realmente?
Es cierto, que puedas tropezarte y que los seres angélicos a Mi servicio te atraparán y evitarán que te hagas daño. En cualquier caso, debes saber que saldrás del pozo y quien sabe cuán lejos puedas llegar. Yo creo que llegarás muy lejos.
Nada se pierde. Pero un desvío es un desvío; con todo, a muchas personas les parece que la vida en la Tierra es una trampa. Incluso ha sido llamada la Caída en Desgracia. Esta palabra no es realmente representativa. ¿Cómo podrías estar fuera de mi gracia si Yo estoy contigo? ¿A dónde podrías ir que yo no esté? Soy tanto tuyo, como de cualquier otro. Sin importar que papel desempeñes, eres Mío/a, y Yo soy tuyo. ¿Qué tan lejos de Mí crees que puedes ir?
Eres bienvenido/a al Cielo. Eres bendecido/a sin importar lo que creas que esté pasando. No eres exclusivamente una persona luchadora en la Tierra. Sin importar tus ataduras, eres libre de romperlas. Eres libre para liberarte de tus convicciones pasadas. Eres libre para abrazarte con amor.
Eres libre para seguir adelante. Nadie puede impedirte mirar atrás, pero, en cualquier momento que escojas, puedes saltar las barreras que te atan al pasado. El pasado que nunca fue se ha ido, y tú eres Mi amado/a Hijo/a, sin importar las circunstancias. Nuestro lazo no puede romperse sin importar lo que ocurra o lo que creas que esté ocurriendo.
La Eternidad continúa. Nunca se apresura ni se detiene. Si la Eternidad fuera un vehículo, Nosotros podríamos llamarla una escalera sobre la que subes y, aun así, no se mueve en la forma en la que entiendes moverse; sin embargo, estás elevándote. Estás elevándote y, si hubiese una cima, tú estás, por así decirlo, en la cima. Ven y mira.
Traducido por: Jhrendon
Enlace original: http://heavenletters.org/in-this-eternity-of-heaven.html