DIOS DIJO:
Arrollen con los puñetazos, mis amados. No necesitan que las artes marciales les enseñen esto. La vida se lo enseña. La vida puede haberles enseñado cómo salir lastimados, y ahora la vida les está enseñando como rebotar. No hay competencia. Por consiguiente, ¿qué es lo que hay para que estén cargados con ello?
No te hallas en una contienda con la vida. No son ustedes contra la vida. No son ustedes o la vida. Son ustedes y la vida. Es la vida y ustedes. Ustedes son socios. Están del mismo lado. Podrán no sentir afecto por todo lo que la vida les entrega, pero eso no quiere decir que tienen que correr de cabeza en contra de la misma.
Ahorren su energía. ¿Por qué levantar un cerco contra la lluvia? Si está lloviendo, está lloviendo. Si el sol está brillando, el sol está brillando. Protesten todo lo que quieran, ¿pero no tiene mayor sentido el caminar bajo una marquesina?
Algunas veces buscan una buena pelea. La desean. Quieren algo contra lo que golpear su cabeza. En la mayoría de los casos se dan de cabeza contra un muro de ladrillos imaginario, y su amalgamaza hace más ladrillos para el mismo. La no resistencia no significa el rendirse. No es cobardía. Ni es un compromiso astuto hecho para sacar ventaja. A veces es simple sentido común el caminar alrededor de la pared y utilizar una puerta. Pongan su energía ahí donde se encuentra el amor.
Cuando están parados en la Verdad, ¿que hay con eso de pararse por su propia cuenta? ¿Qué hay acerca de tener que ser victoriosos? Cuando ganan un argumento, ¿qué es lo que han ganado? ¿Qué es lo que han satisfecho? ¿Quizás al ego?
A veces ustedes no conocen la diferencia entre ganar y perder. Algunas veces piensan que han ganado cuando alguien o algo en la vida los ha herido. “Ven”, dicen, “la vida me ha tratado injustamente”. Ustedes lo prueban y se sienten victoriosos. En ese caso, han ganado la derrota.
El dar y el rendirse son dos cosas distintas.
La mayoría de ustedes pelean cuando no hay ocasión real para ello. Ustedes se dan cuenta más tarde. Nótenlo ahora. Algunas veces han luchado por ninguna otra razón que la de pelear. Us -tedes buscan excusas para ello. La vida bien les proveerá las mismas. Ustedes no tienen que buscar a nadie.
Salgan del cuadrilátero. Dense la mano con su oponente del momento y salgan, no luchando, sino con ecuanimidad.
Declaren la paz en este instante. Declaren que no serán rápidos para ofenderse. Declaren que tratarán de ver el bien en lugar de la falta del mismo. Quítense su placa de sheriff y pónganse una estrella que representa la luz del Cielo. ¿Cuál les gustaría más bien?
Porque no pisan a otro no quiere decir que serán pisados.
Si están enojados sabrán que su interpretación de la vida está apagada. Ustedes la han visto de una forma cuando hay otra forma de verlo. Véanla a través de Mis anteojos. Yo se les ofrezco. Cuando se lo ponen, verán más lejos. Verán más hacia lo largo del camino. Verán que el mismo es cuidado. Verán que no hace falta el alboroto.
No es que yo sea paciente. La paciencia implica algo con respecto a lo cual ser paciente y, por consiguiente, alguna irritación. ¿Qué es lo que Me puede irritar? Yo veo el baile de la vida. Yo veo las bebidas derramadas, ¿y qué? Yo veo los bailarines, los hermosos bailarines, girando. Todos ellos bailan en Mi luz. Tal como el sol del amanecer, Mi luz llena al universo. Yo me enamoro de Mi luz. Yo estoy comprometido con la actividad del amor. Vengan, únanse a Mí. Vengan ahora.