Dios dijo:
Cuando están disgustados con alguien, no importa qué tan justificado sea, no importa qué tanto les confronte, respiren. Tómense un momento para reconciliarse con el recuerdo de que dentro del disgusto que hay en su interior y dentro del disgusto de otra persona, YO SOY. Dentro de ustedes que pueden estar muy disgustados, YO SOY. Dentro de la persona que tan fácilmente les molesta, YO SOY. Puedo estar encubierto. Se me puede hacer a un lado por el momento, sin embargo, no estoy ausente. No hay nadie en esta Tierra que no sea Yo Mismo. YO SOY ustedes. Quizá el disgusto eleva su cabeza para que puedan acordarse de Mí.
Quizá me hayan sepultado, la otra persona pudo haberme sepultado. Es posible que ninguno de ustedes piense en Mi existencia. Seguramente no lo hacen cuando el disgusto y la irritación toma el control. Ustedes son responsables de ese olvido. Ustedes son responsables de su ceguera. Por un instante ustedes chocan por un detalle de la vida. Por un instante ustedes elijen disgustarse más que amar. Los seres humanos tienden a confinarse en un lugar de disgusto y desperdician demasiado tiempo y espacio, cuando tienen al mundo entero de dónde elegir.
Les diré una y otra vez que cuando ustedes están disgustados, cuando se sienten tan molestos que están a punto de reventar, cuando se sienten tan molestos que apenas pueden soportarlo, son ustedes quienes elijen estarlo. Estaban listos para ello. Quizá ustedes lo buscaban. Podría aventurarme a decir que ustedes lo querían. Ustedes incitaron al que los molesta. Seguramente estarán de acuerdo en que no se les puede molestar sin su consentimiento. Ustedes son parte de ello. Nadie más que ustedes mismos se disgustan, se enfurecen, echan chispas.
Los seres humanos son en ocasiones, vehículo para el disgusto. Algo no está bien en el mundo. Ustedes están fuera de si y alguien más llega para justificar su malhumor y ustedes se cuelgan de ellos.
Cierto, alguien no ha sido considerado con ustedes. Ellos han sido considerados con ellos mismos, por lo que ustedes también han sido desconsiderados con ustedes mismos y con el otro, o de lo contrario no reaccionarían de esa manera.
¿Cómo puede haber paz en el mundo cuando ustedes se disgustan por tonterías? ¿Saben por qué se disgustan? Pero si es por su ego maltrecho por lo que lo hacen. Su ego ha sido maltratado y salta en su corazón. El ego hace que se molesten por lo que alguien dice o hace. ¿Qué otra cosa podría ser, amados? La causa aparente no es la razón, no importa lo mucho que lo parezca.
¿Qué tanto los importunaría la persona que los molesta si ustedes hubieran ganado hoy 50 millones en la lotería? Su atención estaría en algo más en lugar del disgusto. Estarían tan eufóricos, que ni siquiera se darían cuenta de lo que los saca de sus casillas. Confiésenlo. Ustedes son su propio chivo expiatorio.
Pueden prescindir del disgusto. Sean felices y prescindirán del disgusto y entonces, ya que ustedes provienen de un lugar distinto, la persona que los molesta ya no sentirá la necesidad de hacerlo. La felicidad es contagiosa, así como lo es el disgusto.
Sean buenos chicos y dejen ir todo aquello que les impide ser felices. Dejen ir el disgusto. Déjenlo ir, a menos que gusten de su compañía. Que sus ojos brillen y que haya una sonrisa en sus labios. Es mejor sonreír cualquier día que tener un ceño fruncido. De todas formas, ¿por qué es todo el alboroto?
Translated by: Lourdes (Dreamhealer)