Dios dijo:

Amado, aquí, haz tu elección de sueños. Intercambia tus sueños como quieras. Los sueños son para que los sueñes. Ve en la dirección de tus sueños, pero permite a tus sueños tomar su propio dulce tiempo. Ciertamente, puedes estar trabajando duro en algo que sabes, pero los sueños son algo a lo que debes echar un buen vistazo y luego dejar ir. Los sueños no están obligados a manifestarse ante ti. No puedes exigirlos. Por supuesto, deja que tus sueños sean libres para volar. Dale a tus sueños el tiempo que quieran tomar para hacerse realidad.

Si uno de tus sueños es practicar el Godwrite, ya eres consciente de que no debes someter al Godwriting por la fuerza. Si practicar el Godwriting es un sueño, invita a tu sueño a que venga hacia ti con ligereza, con una sonrisa, pero tú no eres el que cumple tus sueños. Tú no eres el comandante de ellos. Amas tus sueños al mismo tiempo que dejas que tus sueños extiendan sus alas.

Sí, sí, por supuesto, llama a tus sueños y dales la bienvenida, pero no insistas en tus sueños. Los sueños son más como luciérnagas que destellan ante ti. Los recibes, pero, por supuesto, tus sueños son libres de volar como elijan. Los esperas. Inclínate hacia ellos, sin embargo, los sueños se realizan según su propia voluntad. Llama a tus sueños hacia ti y al mismo tiempo dales espacio para crecer. Los sueños bien pueden ser tu sueño hecho realidad, pero los sueños desean otorgarte su energía con gracia. Se amable con los sueños. Asóciate con ellos.

Recibe tus sueños casi como en un sueño. Tus sueños no deben ser secuestrados. No eres el maestro y señor de tus sueños. Los sueños existen por voluntad propia. No son tus hijos adoptivos. Tus sueños descubrirán dónde pertenecen. En efecto, los sueños eligen a sus padres adoptivos, y esto se hace por sí solo. Por supuesto, desea tus sueños con ligereza, y los vientos llevarán las respuestas a tus sueños a su debido tiempo. La Voluntad de Dios es el Libre Albedrío. Tus legítimos compañeros de baile te encontrarán. No debes atarlos.

Qué fácil es la vida cuando dejas que la vida y los sueños se hagan realidad por su cuenta.

Cuando se trata de sueños, no los tomas cautivos. Tú no estás a cargo. Mantén tus sueños ligeramente a la vista y sonríeles como si fueran viejos amigos ansiosos por reunirse de nuevo.

La vida en conjunto se eleva a nuevas alturas. Puede que estés viendo la vida como un adolescente ingobernable a quien crees que debes aferrarte con más fuerza, pero debes facilitar la vida antes que hacer que la vida te obedezca. Confía en que la vida está más informada de lo que crees. Da la bienvenida a la vida. La vida no es tuya para robar o redicreccionar ni mirar con recelo. Tú no eres el gobernante de la vida. Sé un compañero de la vida así como viene por el camino. Tú y la vida pueden enfrentar los giros de la vida con gracia.

La vida y los sueños son como los menús que te ofrecen. No estés tan seguro de dejarlos a un lado. Dale a los sueños la oportunidad de atraer tu bendición. No deberías ser un guardia avanzado. Sean amigos el uno con el otro. Tómense de las manos suavemente. Tú y la vida, unen sus corazones. Dale una oportunidad a la vida. La vida puede ser tu vida, pero tu vida es una empresa cooperativa, todo para uno y uno para todos.

Como Rodgers y Hammerstein, escriban juntos una nueva canción. Bebe de la alegría y no de las restricciones. Tú y la vida prestan sus talentos al servicio de Dios. Ten confianza en tu vida y en tus deseos mientras se desarrollan favorablemente.

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