Dios dijo:

Estás en un momento crucial en tu vida. Un punto de inflexión. Esto siempre es así. La Tierra gira, y tú giras. ¿Qué significa que giras? Estás en movimiento. Tu vida está girando, girando. Eres como una centrifugadora. Podemos decir que giras y giras. No tejes una telaraña. Tal vez se pueda decir que tú existes más como una red que está siendo desenrollada.

Fuiste hilado y ahora te desenrollas. Fuiste hecho a ganchillo, y ahora los hilos en los que te giraron se desenrollan. Te desconectas del pasado.

Yo soy el Hacedor. Te imaginas que eres el Hacedor. Puede que sientas que eres el hilandero, pero te pareces más al desenrollador del carrete. Tú sueltas

Este acto de desenrollar es fácil. Es como lubricar tus articulaciones. Te estás abriendo. No estás dando pasos hacia atrás o hacia adelante.

Ah, digamos que estás dejando ir. Desprenderse es un maravilloso acto de liberación. No más nudos. Te ves distanciado del pasado y del futuro también. Ah, estás libre y tranquilo, estable, pero sin las ataduras del vínculo que une. Te desatas de la esclavitud.

Siempre has estado buscando, consciente o inconscientemente, liberarte del pensamiento y de las acciones pasadas. Puedes referirte a estos como karma. Acaso no siempre has querido estar libre del pasado, porque el pasado te ha retenido.

Por supuesto, el pasado puede incluso arrastrarte hacia abajo. Considera el pasado como un desorden. Se interpone en tu camino. Por ahora, el pasado, así como el futuro, son secundarios a tu verdadera existencia. Amado, no necesitas la aprobación de tu pasado o futuro. Para propósitos prácticos, el pasado está hecho de pensamientos que guardas. Son irrelevantes. Ellos no son tú. Eres mucho más que un pasado antiguo o un futuro aún no cumplido. El futuro es una alfombra que aún no está extendida.

Tú eres Uno Conmigo mientras nos reclinamos en la Eternidad. Hay una Unica Eternidad. Realmente no somos capítulos completos o incompletos en la Eternidad. No existe tu Eternidad ni la Eternidad de nadie más.

Ahora que hemos llegado al punto, en realidad no hay un tú ni un nadie más tampoco. Nunca lo ha habido. No hay nada que seas tú o a lo que debas regresar. No hay nada que lamentar ni nadie a quien perder.

De esta manera, ¿qué hay para llorar alguna vez? Tal como es ahora, lloras y te lamentas mucho. Si dependiera de ti, podrías usar ropa negra todos los días de la semana. Es posible que te guste ser un ferviente llorador con una historia triste que contar que se ha convertido en una imagen de ti mismo a la que te has apegado y tal vez saboreas los episodios de tristeza y melancolía.

En un momento dado, la ropa de luto le dio importancia a tu yo percibido. La ropa de luto puede haberte compensado por esos tiempos vacíos cuando la atención en ti se redujo como si no fueras digno de sedas, satenes, cintas y arcos.

¿De qué te sirve el pasado ahora? El pasado te llevó a la colina sobre la que estás parado actualmente. No tienes que permanecer fiel a un camino que una vez recorriste. El camino es érase una vez. Ahora di: "Adiós" al pasado melancólico.

Viejos fragmentos del pasado, tarde o temprano, serán barridos. Sin embargo, todo el pasado está colgado en alguna parte, aunque la verdad es que nada está en ninguna parte. Donde no existe excepto en ensueños más de lo que realmente existe tiempo en un cuadrado en un calendario.

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