A quién pertenece tu vida, del modo en que la ves?

Muchos de Mis Hijos crecieron creyendo que sus vidas pertenecían a otros ante quienes debían rendir cuentas. Están aquellos de Mis Hijos que percibieron que sus propias vidas no eran realmente suyas. Se les pudo haber invadido y, consciente o inconscientemente, asumieron que su propósito en la vida era responder a las voluntades de los demás y complacer y ser lo que otros querían que fueran. Vieron que su objetivo principal en la vida era estar alineados con lo que el mundo parecía querer de ellos. Tuvieron cuidado de no cometer un error.

En retrospectiva, sus jóvenes vidas parecían ser principalmente para suscribirse a evitar errores y alinearse con los deseos de los demás como una cuestión de rutina. Esta forma de vida a veces los perseguía, aunque a veces despertaban a lo que ahora consideraban esclavitud de los deseos de los demás. Habían tratado de conformarse. Por su temor a fallar, es posible que no hayan tenido una idea de su verdadero Ser.

Si fuiste uno de estos niños, es posible que ni siquiera hayas sabido en ese momento que anhelabas ser tú mismo. Habías estado de acuerdo con todos los demás, como si otras personas supieran todo, y tú no supieras nada. Esto te pareció el camino del mundo, y por eso te mantuviste impedido con una doble atadura, sin siquiera darte cuenta de que eras una persona por derecho propio. En algún momento, te habías separado de ti como si no supieras nada. Caíste en ese papel vacío por defecto. No estabas mirando.

Sin embargo, estabas fuera de ti en el sentido de que observabas todos tus pasos. Hiciste muchos movimientos en la vida con los ojos cerrados y olvidaste saludarte a ti mismo. Dependías de las opiniones de los demás para tu validación. En efecto, arrojaste tu Corazón y Alma por la ventana.

Aun así, en algún momento, es posible que te hayas visto a ti mismo saliendo de este reino de sumisión auto impuesto y te buscaste a ti mismo. Ya no eras un pajarito en un nido. Ahora te convertiste en un principiante saliendo de tu caparazón. Comenzaste a ver atisbos de ti mismo. Comenzaste a verte a ti mismo de un modo distinto. Comenzaste a sacar provecho de tu Ser. Comenzaste a mirar hacia arriba y a ver con tus propios ojos, usar tu propia voz y darte la bienvenida de la misma forma en que Yo te recibo saludándote con Mi Sombrero. Comenzaste a volar y te liberaste de tu confinamiento auto impuesto. Comenzaste a darte cuenta y comenzaste una relación contigo mismo como realmente eres, más como la fruta en la Vid de Dios.

Ahora tus pasos pueden ser escuchados. Ahora tus pasos son escuchados. Ya no eres peso muerto en el mundo. Bien por ti. Tienes una voz y tienes algo qué decir en el mundo en el que vives.

No importa cuánto tiempo te tomó recuperar tu vida, reconoce que ninguna vida se desperdicia. Incluso cuando no hayas llenado completamente tus propios zapatos y no hayas cantado tu declaración de independencia, tu vida estaba reflexionando sobre sí misma, preparándose para revelarse.

Yo lo digo de nuevo: “Ninguna vida se desperdicia”.

No importa lo que el mundo pueda decir. En el mejor de los casos y en el peor de los casos, tú cumples un propósito. Incluso aunque hayas jugado un juego de espera, estabas sirviendo con el propósito de tu vida. Incluso si estuvieras en coma, sin conocimiento de ti y de los demás, Santificado seas, sirves al Universo.

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