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Heavenletter #6279 Quién No Puede Tener Razón o Equivocarse?

Published on: April 1, 2018

Dios dijo:

Porque crees que alguien más, tu hijo o hija, por ejemplo, tiene que hacer algo de la forma que tú crees es la correcta, da igual cuán seguro estés, ten cuidado de asumir el control. El dar tú perspectiva es una cosa. Lo que alguien más tiene que o debe hacer desde tu perspectiva es irrelevante. La vida de alguien más no es una presa fácil de manipular.

Por supuesto, eres bien-intencionado. Tú crees que sabes más. Tú no puedes saber. No puedes saber porque no percibes las aguas más profundas. No conoces todas las conexiones y todos las causas y motivos. Puedes confiarte. Aún así, vuelas a ciegas. No sabes y no puedes saber de toda la actividad detrás-del-escenario. Tú no sabes y no puedes saber el camino de otro en la vida a pesar de qué tan convencido estés. Tú ves como tú ves. Lo que ves como un desastre puede no serlo. Lo que ves apropiado puede traer incertidumbre. Ten cuidado de tomar el control sobre la vida de otro.

¿Realmente tomarías total responsabilidad por la vida de otro? Tú no sabes cuándo o dónde mordería una serpiente. No está en ti el empujar la vida de otro como si la vida de otro fuese la carretilla de tu bebé a la que tienes todos los derechos.

Cada uno en la vida es libre de seguir su camino. En teoría, puedes aceptarlo, pero no practicarlo actualmente.

Puede que sea difícil para ti el no meter tus manos. Por supuesto, eres cariñoso. De verdad, Yo me pregunto si estás tan seguro de tus propios giros y vueltas como lo estás de las de otro. Tú sólo puedes saber hasta donde tú sabes. Puedes no ser la luz que guía que deseas ser.

Ten cuidado de no agarrar el volante de otro, especialmente cuando es su propio auto el que va a conducir.

La posibilidad existe de que estés equivocado. Tú no sabes a dónde un desvío en el camino te pueda llevar a ti o a otro. Tú no puedes estar muy seguro que sabes más que el dueño de su vida.

En términos de amigos, algunos no se alimentan como tú, y ellos prosperan. ¿Quién eres tú para cambiar los hábitos alimenticios de otro? El hecho es, que estás adivinando, y quién, a la larga, puede decir que tu elección es correcta y la del otro no lo es?

Tú no sabes quién es la pareja de casamiento correcta de alguien más. Profiere todo lo que quieras, pero no eres un experto del futuro de nadie. ¿Quién no puede equivocarse? ¿Quién no se ha equivocado?

¿Quién puede determinar con certeza dónde yace el sendero de ladrillos dorados?

En gran medida, las fichas caen donde pueden.

¿Quién sabe el número ganador de la próxima lotería? Sin importar de qué te gustaría tener la certeza, la mayoría de las desiciones son cara-o-cruz.

El educado hombre del clima no siempre toma la mejor decisión.

Las garantías no siempre llevan su valor nominal.

¿Quién realmente conoce el futuro? Se ha dicho que Dios lo sabe. Esto implica que tú no sabes. Ni tienes los recursos para saberlo. Amado, en gran medida, tu saber es atinar o fallar.

Amado, desiste de estar tan seguro de que lo que tú crees mejorará grandiosamente la vida de otro. Nadie puede saberlo con certeza. Tú no puedes saber definitivamente cómo resultarán tus propias decisiones de vida. Nadie sabe antes de tiempo. Nadie está siempre justo en el blanco.

La decisión a tomar para ti ahora es conceder a otros su libertad. Yo personalmente le di a todos en la Tierra Libre Albedrío. Yo no te di la autoridad de tomar desiciones que pertenecen a otros, Amado.