Heavenletter #6073 Published on: July 11, 2017

Dios dijo:

En vez de reflexionar en todas las virtudes que las personas no poseen, dale el crédito a las personas por lo que son.

En términos del mundo, nadie es perfecto. Nadie más puede darte tu realización. Tienes que realizarte tu mismo. Hay grandes personas en las cuales puedes confiar para un gran negocio, pero ni una en la que verdaderamente puedas confiar para absolutamente todo. ¿Quien te dijo que tú estás obligado a encontrar a personas que satisfagan absolutamente todo para ti? ¿De dónde vino esta idea?

Realízate a ti mismo. Tú no eres el bebé de nadie para criar a lo largo del día.

Cuando dependes de ti mismo y de Mi, por supuesto, le das justo al clavo.

Desde una visión en la Tierra, no existe nadie en quien no puedas encontrar faltas. Una verdadera debilidad de una persona, como tú la ves, bien podría ser la otra cara de su verdadera fortaleza. En cualquier caso, tú no eres el responsable de volver a formatear a tus amigos y familia y compañeros de trabajo y jefes o al hombre en la calle.

Definitivamente es el tiempo de que te corrijas a ti mismo, o serás una espina en tu propio costado. ¿Ves la Verdad en lo que Yo digo?

No es tu responsabilidad ser EL crítico del mundo. Deja a las personas estar en paz. Existen muchas faltas que encontrar para alguien quien es un perfecto crítico del mundo. No estarías tan decepcionado de los demás si no esperaras que siempre cumplieran tus expectativas. Abstente de ser un maestro en encontrar faltas.

Para algunos o muchos, parece como una misión sin esperanza el no ver las faltas. No es que sigas buscándolas -- o acaso si? Hay pequeñas cosas que simplemente ponen tus nervios al límite.

De alguna forma, tienes que encontrar la manera de hacerte menos irritable.

Está claro ya que realmente eres perfecto, entonces ciertamente puedes lanzar la primera piedra. Por supuesto, esto será jamas, queridos, porque también está claro que, en términos del mundo, ni siquiera tú eres perfecto tampoco. A alguna persona no le gusta la manera en que masticas, o cómo te cortas el cabello y una repleta y larga lista.

Los cuerpos te tropiezan. Sin la forma corporal, bien te podría ser más fácil ser más amoroso. Sin cuerpos, ¿que podría llegar a molestarte? Sin cuerpos, ¿Qué imperfecciones verías? Sin cuerpos, ¿qué podría fastidiarte? Sin cuerpos, tus correcciones no tendrían una base, ya que, sin la existencia de cuerpos, ¿a qué le objetarías?

¿Qué sonido te molestaría? ¿Qué apariencia? ¿Qué alimento? ¿Qué perfume? Sin cuerpos, qué podría ser viscoso o, por cierto, ¿qué podría ser perfecto para el tacto?

Sin cuerpos, vivirías en una capa más profunda de maravillosidad, pero te perderías otras capas de deleite que se te negarían. Encuentra la manera de disfrutar las sensaciones que disfrutas y no te disgustes acerca de las que no.

No permitas que las inconveniencias de las relaciones te pongan en un nudo. Volvemos de nuevo a la cosecha de la alegría donde la encuentras y dejar ir el disgusto donde lo vislumbres. Mantén tu visión en lo alto, y lo que no puedes mantener en lo alto, bueno, pues, déjalo ir.

Es engañoso, por supuesto. Ciertamente te gustaría estar libre de disgusto si tan sólo supieras cómo.

He aquí otro aspecto que podría, sólo quizás, ayudarte. Y este es remover una palabra de tu vocabulario. Remueve la palabra debería o las dos palabras no debería. Debería y sus relativos, debe, tiene que, habría de, tendría que -- cuando te confías en ellas -- ellas bien podrían empujarte a una esquina de fervor por la detección de faltas.

Si tienes que estar en silencio, guarda silencio. Y si puedes lograr estar en silencio, cambia tu forma de pensar.

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